“ Es muy difícil para mí escribir esta carta. Cada palabra es un puñal que me desgarra. Pero es necesaria para que no queden dudas: Mi hijo, no tuvo la culpa. Como tampoco la tuvieron las otras cincuenta víctimas del accidente.O me debo preguntar: ¿Fue culpable Carlitos de ir todas las mañanas a trabajar en tren? ¿De viajar día a día y sin opción apretado como ganado para ganar su sueldo? ¿Será culpable de haber sido gestor e ir todas las mañanas al centro? ¿Es culpable de haber sido un chico bueno, feliz y trabajador?No entiendo por qué mi hijo ya no está. Hablaba poco, pero siempre se acercaba por detrás y me hacía caricias en el cuello mientras decía: “Negrita, te quiero mucho”.Espero su llegada. Espero sus miradas. Hablo con él aunque al darme cuenta sólo hay una pared frente a mí. Intento pensar que nada pasó, pero vuelvo a la realidad. Lloro. Me angustio. No lo puedo entender. Sólo sé que suena el teléfono pero no voy a volver a escuchar su voz.Lo buscamos todo el día en los hospitales, pero lo encontramos en la morgue.Estoy Desesperada y no sé si esta carta sirve para algo pero entiendan que yo creo que sí. Que si alguien me escucha, si algunos la leen y otros me entienden, me siento acompañada. Me siento comprendida.Estoy desilusionada. Cuando murió el ex presidente veía a Cristina frente al cajón y lloré por ellos. Recé por ellos y fui como tantos argentinos a acompañarlos. No dudé en depositar mi voto y ponerme a su lado.Mi hijo murió y ella no dijo nada. No escuché de su boca una palabra de comprensión. Un gesto de misericordia, se ocultó en un viaje y envió a un Ministro que con sus ingratas palabras agregaron mas angustia al propio dolor.Desde su incomprensible discurso, le echó la culpa a mi hijo por viajar apretado y en el primer vagón. Le echó la culpa a los trabajadores por no viajar un feriado. Ahora subirán unos y otros sus dedos acusadores. Se echarán culpas mutuamente. No importa.Sé que otra noticia pronto tapará la tragedia y naturalmente la gente volverá a su vida mientras el regreso de Marcelo Tinelli a la televisión será lo mas visto. Sólo les pido que no se olviden que un puñado de personas lloraremos esta tragedia toda la vida.Muchos me hablan de resignación, de Dios y de que esto era la misión de mi hijo en la vida… No estoy de acuerdo. Su misión era estar junto a nosotros, amar como lo hacía a Sabrina, su novia y la hija de ella Loana que con sólo 7 años aprendió a quererlo y a llorarlo.Su misión era trabajar, ser feliz y también seguir al club de sus amores: Racing. Su medalla con el emblema celeste y blanco quedó aferrada a su cuerpo y fue ante la nada, una de las formas para reconocerlo…Junto a mi esposo, mis otros cuatro hijos, mis nietos, familiares y amigos tratamos de darnos apoyo, amor y fuerzas para seguir adelante.Nada de lo que hagamos nos va a devolver a Carlitos, pero sí sabemos perfectamente una cosa y hoy por hoy es lo único que tenemos claro: “Él, no tuvo la culpa”.
Zulma Viviana de GarbuioD.N.I 13.519.390
Zulma Viviana de GarbuioD.N.I 13.519.390
Claro que él no tuvo la culpa.
ResponderEliminarEs ridículo e infame intentar convertir a la víctima en victimario.
Me duele el dolor de esta carta.
Dolor que "debió " haberse evitado.