viernes, 23 de marzo de 2012

Carta de un preso político a un delincuente subversivo.

En tu necrofilia terminal y en tu frustración crónica de nunca haber sido protagonista, sino un lamentable antagonista, sumada a la oscuridad de tu conciencia que por las noches no te permite dormir recordando los rostros de tus compañeros que enviaste a la tortura y a la muerte para salvar tu pellejo, mañana conmemorarás un nuevo 24 de marzo, aniversario del golpe cívico-militar. Y te duele lo de "cívico" porque sabes que la gran mayoría del pueblo argentino lo reclamó y también los partidos políticos, peronismo incluído, sin olvidar al Partido Comunista. Y te duelen los libros que están apareciendo porque cuentan las traiciones que ustedes cometieron, traicionaron a sus propios compañeros, nada menos que transando con los militares. Y te duele que te digan que negociaron la sangre derramada por una sucia indemnización de Estado, con bonos manchados con la sangre de tus amigos, de tus compañeros, tal vez de la esposa que perdiste en la lucha. Te duele que te digan que secuestraste personas para cobrar rescates, que asesinaste criaturas como Guillermina Cabrera Rojo, Paula Lambruschini o María Cristina Viola, sangre inocente verdad? Pero lo que seguramente más te duele es haber afirmado mis convicciones, haberme fortalecido, haberte perdonado, vos no podés, porque nunca tuviste condiciones para semejante acto, y me ves, y escuchas de mí y te espanta la posibilidad de encontrarte conmigo en la calle, has fracasado nuevamente y nuevamente te escabullirás, como las ratas se esconden en la cloaca cuando un hombre se acerca.
Hoy estoy más fuerte que hace 35 años atrás, más inteligente, más apoyado y espero el momento para salir a construir la Argentina grande y unida que ustedes destruyeron en su maldad infinita, equivocado como siempre estuviste, creías que me lastimabas...solo me potenciaste, olvidaste un pequeño detalle;... Dios está conmigo, tu marxismo lo ha negado.
                                                              Te saluda Eduardo Ramos desde el pabellón de aislamiento para presos políticos de la cárcel de Las Flores , en Santa Fe. 

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