martes, 26 de junio de 2012

Segundo juicio por el asesinato de Rodrigo Corzo, contra el sargento Núñez.


Martes 26.
Buenos Aires: Convocatoria por Justicia

Hora: 08:30

Lugar: Tribunales de Morón, Colón y Brown. 

Reseña: El 22 de julio de 2007, el juicio por el asesinato de Rodrigo Corzo, fusilado el28 de junio de 2003 por el oficial de la bonaerense Cristian Solana, probó que el patrullero, tripulado por el propio Solana y conducido por el sargento Ariel Núñez, siguió a Rodrigo, que iba en el auto de su padre a la casa de su novia. Probó, también, que, sin darle señal alguna, Solana disparó dos tiros, uno de los cuales atravesó el baúl e ingresó por la espalda en el cuerpo de Rodrigo, provocándole la muerte en segundos. Además, se probó que Rodrigo no tenía armas, y que la pistola calibre 22 que apareció luego sobre el capot de su auto jamás fue usada ni por Rodrigo ni por nadie desde su auto, que tenía las cuatro ventanillas empañadas, porque estaban cerradas. “El estado tuvo que reconocer a través de tres de sus empleados, los jueces, queotro de sus empleados fusiló a Rodrigo y que un quinto empleado, el sargento Núñez, mintió y encubrió el homicidio”, dijimos tras la condena a 16 años de prisión por homicidio, luego rebajada a 10 años y 8 meses por el tribunal de Casación Penal bonaerense. Pero el caso de Rodrigo no terminó con la condena a Solana. El sargento Núñez nunca fue imputado por su participación en el crimen, y sólo declaró, una y otra vez, como simple testigo. Con sus primeras declaraciones, donde para protegerse sin acusar a su camarada y superior inventó aquello de “como sufro de vértigo, al subir al Puente Santa Rosa aceleré y cerré los ojos, así que no vi nada”, se ganó para siempre el apodo de “El Vertiginoso”. La infantil e inverosímil excusa fue pronto puesta en evidencia, y entonces el sargento cambió su versión, tratando de coincidir con lo que había declarado Solana. “Ví dos fogonazos desde el auto que perseguíamos”, mintió descaradamente, y contra toda evidencia, en el juicio oral. Por eso, en nuestro alegato al término del debate, insistimos en que debía ser enjuiciado, y los jueces debieron ordenar una nueva investigación respecto de la actuación del sargento, por la comisión e los delitos de encubrimiento y falso testimonio. Al o largo de estos cinco años, Núñez prestó servicios en la comisaría Las Catonas de Moreno, y luego “desapareció”. Por mucho tiempo desoyó las amables invitaciones de la fiscalía a presentarse, hasta que, en julio de 2009, formalmente se dictó su captura. Claro que eso no significaba que nadie lo buscara efectivamente, de modo que CORREPI lanzó una campaña de afiches con su foto y la consigna “Si lo ve, NO avise a la policía”. Para principios de 2011, el policía Ariel Horacio Núñez vivía tranquilo y feliz en Moreno, y no se privaba de salir de paseo con su familia. El 8 de marzo, en la feria organizada por el Día de la Mujer en la plaza de Moreno, una periodista que conducía una radio abierta lo vio de lejos haciendo compras con la mujer. Lo reconoció gracias a los afiches de CORREPI, y de inmediato avisó a nuestros compañeros de la zona, que llegaron enseguida, lo que ocasionó que el prófugo de lujo pusiera pies en polvorosa, no sin ser seguido por los compañeros, que verificaron su domicilio. Una vez más, demostramos con hechos concretos que los policías prófugos no desaparecen. Cuando llevamos a la fiscalía nº 8 de Morón las fotos sacadas con los celulares, ni siquiera sabían de qué estábamos hablando, porque la causa estaba “reservada en Secretaría” hacía años, cubierta de polvo. La tuvieron que desarchivar, y, finalmente, el martes 26 de junio Núñez enfrentará el juicio que debió compartir, hace cinco años, con su jefe Cristian Solana. Sabemos que este juicio es una parodia, porque el crimen de Núñez no fue mentir, sino participar del homicidio, donde, por un simple reparto de tareas, no le tocó a él disparar sobre Rodrigo. Pero sabemos también que, aunque la pena por el leve delito por el que va a ser juzgado probablemente ni siquiera alcance para que vaya preso, llegamos hasta acá a fuerza de constancia y consecuencia en la lucha, y demostramos, de nuevo, que sólo podemos confiar en nuestras propias fuerzas.

Convoca – Contacto: CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional - Micaela Corzo (Hermana de Rodrigo) 15 - 6428 – 4019 - Narciso Corzo (Papá de Rodrigo) 15 - 5641 - 1418

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