...Allan Claudio Withington (Tito), este descendiente de ingleses nació el 11 de Noviembre de 1923 en Argentina. De joven integró el Escuadrón 625 de la RAF con Base en Kelstern, Inglaterra. Ya adulto dió lo suyo para hacer nacer al Escuadrón Fénix perteneciente al Bando militar argentino.
Allan Withington participó alternadamente para un bando y para el otro. Del lado inglés, su pasión por el aire lo motivó a ofrecerse como Voluntario. Del lado argentino, defendió a su Patria. Todavía no había cumplido 20 años de edad cuando se plantó frente a su familia con la idea que lo obsesionaba: Volar. “Yo tengo que ir allá a pelear para los ingleses” dijo en su casa antes de subirse a un barco carguero que zarpó desde Buenos Aires con carne y cereales destinados a saciar a una Gran Bretaña en guerra.
Como Tito, unos 3.000 argentinos no quisieron quedarse afuera de la historia y se ofrecieron como voluntarios en la Segunda Guerra Mundial. Ellos fueron integrantes del Escuadrón Anglo Argentino 164 "Firmes Volamos" creado en 1942.
Allan se alistó en la Royal Air Force (RAF) de Londres y se entrenó con las Fuerzas Norteamericanas, donde recibió el adiestramiento necesario para manejar, controlar y manipular la tecnología aérea. “De paso recorrí todo el mundo. Así conocí Europa, el Norte de África, Asia. Lugares que recorrí, no por placer, sino para buscar prisioneros. Supongo que no es lo mismo”.
Debido a que Withington nunca quiso aceptar la ciudadanía inglesa, una vez finalizada la Guerra volvió a la Argentina con el fin de mantener su trabajo como Piloto. Así fue como de vuelta en el país trabajó en empresas nacionales como Aerolíneas Argentinas y Austral. Además de ser Piloto de vuelo, Tito colaboró con la Fuerza Aérea Argentina donde participó como Instructor de Vuelo de viajes comerciales y de simulacros de emergencia.
Allan nunca fue un hombre que se fuera a quedar quieto. En 1978 decidió jubilarse para poder trabajar en el Banco de Italia, donde tuvo su primer contacto con los aviones que completaron esa pasión que fue incubando a través de los años. Gracias a ese trabajo, conoció a un pájaro del aire con plumas de metal superior a cualquier otro que hubiese visto: El Lear Jet, de increíble velocidad y tecnología. Pasó a ser Piloto de lujo, chofer de lujo. Trasladaba presidentes entre países y de paso entrenaba a otros Pilotos que iban a trabajar con los Fortabat.
Pero en 1982, historia conocida, agresión Británica de por medio, Tito no pudo aplacar aquella iniciativa que en 1942 lo llevó a participar voluntariamente en la Guerra. Así, vió nacer al Escuadrón Fénix como el ave que resurge de sus cenizas, el cual tuvo su Bautismo de Fuego en el conflicto del Atlántico Sur durante la guerra de Malvinas.
Fue integrante del Primer Grupo de treinta Aeronaves, Pilotos y Mecánicos aeronáuticos que se despacharon al Sur del País cubriendo las diferentes movilizaciones y despliegues implementados por la Fuerza Aérea. Al igual que en 1942, en esta ocasión tampoco dudó al momento de luchar en Malvinas. La ironía fué que, esta vez, el enemigo era aquel Bando inglés al que alguna vez defendió. Voló un Learjet del por entonces Banco de Italia y podría haber argumentado algo para no ir pero donde iba el avión iba mi papá. Imaginate, si se fue a la guerra a los 18, a los 60 y pico no iba a ser menos. Le dieron un uniforme y no se lo vió por una semana.
Una vez iniciada la Guerra en Malvinas, Allan se acercó a quien era su Jefe en el Banco de Italia para pedir prestados los aviones con el fin de ser usados a favor del país argentino, debido a la amplitud del alcance de los radares. Con 59 años, se embarcaba al encuentro de lo que sería una guerra muy diferente a la jugada años atrás en suelo Europeo.
Withington había conseguido uno de los tantos aviones civiles que simulaban aeronaves de combate en los radares de la Fuerza de Tareas Británica y que motivaban continuas alarmas e incursiones de parte de las Patrullas Aéreas de Combate (PAC). Muchas de las salidas de esta Aeronave dentro del Escuadrón Fénix encubrieron exitosas misiones de combate que ocasionaron notorias pérdidas a las fuerzas expedicionarias inglesas en el marco de la Guerra de Malvinas.
En el sur del país, Tito realizó tareas de Retransmisión en Vuelo, Exploración y Reconocimiento, Búsqueda y Salvamento, Diversión (para confundir al enemigo y mantenerlo en alerta permanente) y Guiado de Escuadrillas de combate hasta las proximidades del objetivo. Pero la gran distancia desde el continente a las Malvinas imponía limitaciones para la operación de los aviones, por ello se seleccionaban las pistas próximas al archipiélago, estableciéndose las bases en Trelew, Comodoro. Rivadavia, San Julián, Santa Cruz, Río Gallegos y Río Grande. En la base ubicada en Río Gallegos, Allan dedicó sus actividades a practicar lo que el bando enemigo le había enseñado.
Las ironías de la vida hicieron que veinte años después de la finalización de la Guerra contra Gran Bretaña, Tito fuese condecorado por la Corona Inglesa por su voluntariosa participación en la Segunda Guerra Mundial. Una emotiva ceremonia en la St. Clement Danes Church y otra en la residencia del Embajador argentino sirvieron para rendir homenaje a los 754 voluntarios argentinos que se alistaron en las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial...
Allan Withington participó alternadamente para un bando y para el otro. Del lado inglés, su pasión por el aire lo motivó a ofrecerse como Voluntario. Del lado argentino, defendió a su Patria. Todavía no había cumplido 20 años de edad cuando se plantó frente a su familia con la idea que lo obsesionaba: Volar. “Yo tengo que ir allá a pelear para los ingleses” dijo en su casa antes de subirse a un barco carguero que zarpó desde Buenos Aires con carne y cereales destinados a saciar a una Gran Bretaña en guerra.
Como Tito, unos 3.000 argentinos no quisieron quedarse afuera de la historia y se ofrecieron como voluntarios en la Segunda Guerra Mundial. Ellos fueron integrantes del Escuadrón Anglo Argentino 164 "Firmes Volamos" creado en 1942.
Allan se alistó en la Royal Air Force (RAF) de Londres y se entrenó con las Fuerzas Norteamericanas, donde recibió el adiestramiento necesario para manejar, controlar y manipular la tecnología aérea. “De paso recorrí todo el mundo. Así conocí Europa, el Norte de África, Asia. Lugares que recorrí, no por placer, sino para buscar prisioneros. Supongo que no es lo mismo”.
Debido a que Withington nunca quiso aceptar la ciudadanía inglesa, una vez finalizada la Guerra volvió a la Argentina con el fin de mantener su trabajo como Piloto. Así fue como de vuelta en el país trabajó en empresas nacionales como Aerolíneas Argentinas y Austral. Además de ser Piloto de vuelo, Tito colaboró con la Fuerza Aérea Argentina donde participó como Instructor de Vuelo de viajes comerciales y de simulacros de emergencia.
Allan nunca fue un hombre que se fuera a quedar quieto. En 1978 decidió jubilarse para poder trabajar en el Banco de Italia, donde tuvo su primer contacto con los aviones que completaron esa pasión que fue incubando a través de los años. Gracias a ese trabajo, conoció a un pájaro del aire con plumas de metal superior a cualquier otro que hubiese visto: El Lear Jet, de increíble velocidad y tecnología. Pasó a ser Piloto de lujo, chofer de lujo. Trasladaba presidentes entre países y de paso entrenaba a otros Pilotos que iban a trabajar con los Fortabat.
Pero en 1982, historia conocida, agresión Británica de por medio, Tito no pudo aplacar aquella iniciativa que en 1942 lo llevó a participar voluntariamente en la Guerra. Así, vió nacer al Escuadrón Fénix como el ave que resurge de sus cenizas, el cual tuvo su Bautismo de Fuego en el conflicto del Atlántico Sur durante la guerra de Malvinas.
Fue integrante del Primer Grupo de treinta Aeronaves, Pilotos y Mecánicos aeronáuticos que se despacharon al Sur del País cubriendo las diferentes movilizaciones y despliegues implementados por la Fuerza Aérea. Al igual que en 1942, en esta ocasión tampoco dudó al momento de luchar en Malvinas. La ironía fué que, esta vez, el enemigo era aquel Bando inglés al que alguna vez defendió. Voló un Learjet del por entonces Banco de Italia y podría haber argumentado algo para no ir pero donde iba el avión iba mi papá. Imaginate, si se fue a la guerra a los 18, a los 60 y pico no iba a ser menos. Le dieron un uniforme y no se lo vió por una semana.
Una vez iniciada la Guerra en Malvinas, Allan se acercó a quien era su Jefe en el Banco de Italia para pedir prestados los aviones con el fin de ser usados a favor del país argentino, debido a la amplitud del alcance de los radares. Con 59 años, se embarcaba al encuentro de lo que sería una guerra muy diferente a la jugada años atrás en suelo Europeo.
Withington había conseguido uno de los tantos aviones civiles que simulaban aeronaves de combate en los radares de la Fuerza de Tareas Británica y que motivaban continuas alarmas e incursiones de parte de las Patrullas Aéreas de Combate (PAC). Muchas de las salidas de esta Aeronave dentro del Escuadrón Fénix encubrieron exitosas misiones de combate que ocasionaron notorias pérdidas a las fuerzas expedicionarias inglesas en el marco de la Guerra de Malvinas.
En el sur del país, Tito realizó tareas de Retransmisión en Vuelo, Exploración y Reconocimiento, Búsqueda y Salvamento, Diversión (para confundir al enemigo y mantenerlo en alerta permanente) y Guiado de Escuadrillas de combate hasta las proximidades del objetivo. Pero la gran distancia desde el continente a las Malvinas imponía limitaciones para la operación de los aviones, por ello se seleccionaban las pistas próximas al archipiélago, estableciéndose las bases en Trelew, Comodoro. Rivadavia, San Julián, Santa Cruz, Río Gallegos y Río Grande. En la base ubicada en Río Gallegos, Allan dedicó sus actividades a practicar lo que el bando enemigo le había enseñado.
Las ironías de la vida hicieron que veinte años después de la finalización de la Guerra contra Gran Bretaña, Tito fuese condecorado por la Corona Inglesa por su voluntariosa participación en la Segunda Guerra Mundial. Una emotiva ceremonia en la St. Clement Danes Church y otra en la residencia del Embajador argentino sirvieron para rendir homenaje a los 754 voluntarios argentinos que se alistaron en las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial...
Relato: Referente a Allan Claudio Whitington, Piloto del "Escuadrón Fénix" que participó como Voluntario en la Guerra de Malvinas
Foto: Una de las últimas fotos tomadas a Whitington en el año 2009.
Silvia Freire
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