ARGENTINA
El 19 de julio pasado se cumplieron 15 años de su muerte
Por Martín Piqué
Agosto 20t, 2012
La figura de Envar El Kadri, el abogado y militante de la Juventud Peronista que encarna como pocos el compromiso sin especulaciones con el retorno de Perón y la liberación del pueblo, fue el centro de un homenaje que se realizó en el Centro Islámico de la República Argentina.
La celebración reunió a sus familiares más cercanos, a compañeros de militancia, a personalidades de la cultura y a funcionarios del gobierno nacional. También contó con la asistencia de la presidenta Cristina Fernández.
En 2012 se cumplen 15 años de la muerte de El Kadri, quien falleció el 19 de julio de 1998. Como su familia profesa la religión islámica, al igual que lo hacía el propio El Kadri, el homenaje se postergó un mes, ya que el 20 de julio comenzaba el ayuno del mes de Ramadán. Al llegar el momento de repasar la biografía de un hombre que hizo política, que se comprometió con los Derechos Humanos y que también fue un apasionado del cine y la música, los anfitriones fueron su hermana, Susana, y su madre, Ester, vecina de Flores y peronista de toda la vida.
El Kadri formó parte de la Resistencia peronista ?cayó preso a los 19 años, y entre 1960 y 1963 estuvo encerrado en los penales de Caseros, Neuquén y Santa Rosa? para luego, en 1967, fundar las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y terminar detenido en 1968 con todo un campamento guerrillero en Taco Ralo, Tucumán. Entonces volvió a la cárcel, y estuvo tras las rejas por otros cinco años hasta que fue liberado por la Ley de Amnistía que se dictó el mismo día de la asunción de Héctor Cámpora. Tras su liberación, se convirtió en una de las personalidades del ala izquierda del peronismo. En 1975, luego del asesinato de su amigo Julio Troxler por parte de la Triple A, El Kadri se fue al exilio: su nombre era el siguiente en la lista. Primero estuvo en el Líbano, después en España, hasta que la policía del franquismo lo secuestró cuatro días y lo expulsó hacia Francia. El Kadri cruzó los Pirineos sin dinero ni documentos. Su llegada a París, en 1976, coincidió con el inicio de la dictadura más sangrienta que conoció la Argentina.
Allí se conectó enseguida con los exiliados argentinos que denunciaban las desapariciones y las torturas. Se sumó al Comité de Solidaridad, del que también formaba parte el pianista Miguel Ángel Estrella, quien había estado un tiempo desaparecido. Formó parte de la Asociación Internacional de Defensa de los Artistas Víctimas de la Represión (AIDA), que encabezaban el cineasta Claude Lelouch, la actriz Simone Signoret y la directora teatral Ariane Mnouchkine. El Kadri tuvo protagonismo en las denuncias contra las violaciones a los Derechos Humanos que se estaban cometiendo en la Argentina. Fue uno de los hombres claves del Comité Contra la Organización del Mundial de Fútbol en la Argentina: lo que la dictadura llamaba, a través del relator de fútbol José María Muñoz y otros personajes afines, la "campaña-antiargentina".
Regresó al país en 1984. La foto de su aparición en el aeropuerto de Ezeiza, sonriente y arrastrando el equipaje, es un recuerdo familiar que los El Kadri guardan como un tesoro. Su primera actividad en la Argentina democrática fue producir espectáculos musicales: los conciertos de piano de Estrella y las presentaciones del compositor José Luis Castiñeira de Dios. En 1985 comenzaría su incursión en el mundo del cine. Aunque en 1980 había colaborado en la producción de un documental chileno que denunciaba a la dictadura de Augusto Pinochet, su aporte fundamental fue la asociación con Fernando "Pino" Solanas como productor de las películas El exilio de Gardel y El Viaje. La sociedad con Solanas terminó mal, con denuncias de estafas por parte de El Kadri.
En 1989, el histórico militante de la resistencia probó suerte con la industria discográfica. Le fue muy bien. Creó el sello Milán Sur, especializado en bandas sonoras de películas pero también en música popular de calidad, que no era editada por otros sellos. Así editó a Astor Piazzolla, Roberto Goyeneche, Néstor Marconi, la Misa Criolla de Ariel Ramírez; Horacio Salgán y Ubaldo De Lío; Daniel Piazzolla y su Octeto Electrónico, con Fito Páez de músico invitado.
Su historia personal, los años de militancia y de cárcel, la muerte de sus amigos y el exilio, la compleja relación de la izquierda peronista con el propio Perón, la tesis de la "alternativa independiente" del peronismo, la relación entre peronismo y socialismo, son los grandes temas que el propio El Kadri revisó públicamente en la película Cazadores de Utopías, dirigido por David "Coco" Blaustein, y en el libro La Voluntad, escrito por Eduardo Anguita y Martín Caparrós.
El 19 de julio pasado se cumplieron 15 años de su muerte
Por Martín Piqué
Agosto 20t, 2012
La figura de Envar El Kadri, el abogado y militante de la Juventud Peronista que encarna como pocos el compromiso sin especulaciones con el retorno de Perón y la liberación del pueblo, fue el centro de un homenaje que se realizó en el Centro Islámico de la República Argentina.
La celebración reunió a sus familiares más cercanos, a compañeros de militancia, a personalidades de la cultura y a funcionarios del gobierno nacional. También contó con la asistencia de la presidenta Cristina Fernández.
En 2012 se cumplen 15 años de la muerte de El Kadri, quien falleció el 19 de julio de 1998. Como su familia profesa la religión islámica, al igual que lo hacía el propio El Kadri, el homenaje se postergó un mes, ya que el 20 de julio comenzaba el ayuno del mes de Ramadán. Al llegar el momento de repasar la biografía de un hombre que hizo política, que se comprometió con los Derechos Humanos y que también fue un apasionado del cine y la música, los anfitriones fueron su hermana, Susana, y su madre, Ester, vecina de Flores y peronista de toda la vida.
El Kadri formó parte de la Resistencia peronista ?cayó preso a los 19 años, y entre 1960 y 1963 estuvo encerrado en los penales de Caseros, Neuquén y Santa Rosa? para luego, en 1967, fundar las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y terminar detenido en 1968 con todo un campamento guerrillero en Taco Ralo, Tucumán. Entonces volvió a la cárcel, y estuvo tras las rejas por otros cinco años hasta que fue liberado por la Ley de Amnistía que se dictó el mismo día de la asunción de Héctor Cámpora. Tras su liberación, se convirtió en una de las personalidades del ala izquierda del peronismo. En 1975, luego del asesinato de su amigo Julio Troxler por parte de la Triple A, El Kadri se fue al exilio: su nombre era el siguiente en la lista. Primero estuvo en el Líbano, después en España, hasta que la policía del franquismo lo secuestró cuatro días y lo expulsó hacia Francia. El Kadri cruzó los Pirineos sin dinero ni documentos. Su llegada a París, en 1976, coincidió con el inicio de la dictadura más sangrienta que conoció la Argentina.
Allí se conectó enseguida con los exiliados argentinos que denunciaban las desapariciones y las torturas. Se sumó al Comité de Solidaridad, del que también formaba parte el pianista Miguel Ángel Estrella, quien había estado un tiempo desaparecido. Formó parte de la Asociación Internacional de Defensa de los Artistas Víctimas de la Represión (AIDA), que encabezaban el cineasta Claude Lelouch, la actriz Simone Signoret y la directora teatral Ariane Mnouchkine. El Kadri tuvo protagonismo en las denuncias contra las violaciones a los Derechos Humanos que se estaban cometiendo en la Argentina. Fue uno de los hombres claves del Comité Contra la Organización del Mundial de Fútbol en la Argentina: lo que la dictadura llamaba, a través del relator de fútbol José María Muñoz y otros personajes afines, la "campaña-antiargentina".
Regresó al país en 1984. La foto de su aparición en el aeropuerto de Ezeiza, sonriente y arrastrando el equipaje, es un recuerdo familiar que los El Kadri guardan como un tesoro. Su primera actividad en la Argentina democrática fue producir espectáculos musicales: los conciertos de piano de Estrella y las presentaciones del compositor José Luis Castiñeira de Dios. En 1985 comenzaría su incursión en el mundo del cine. Aunque en 1980 había colaborado en la producción de un documental chileno que denunciaba a la dictadura de Augusto Pinochet, su aporte fundamental fue la asociación con Fernando "Pino" Solanas como productor de las películas El exilio de Gardel y El Viaje. La sociedad con Solanas terminó mal, con denuncias de estafas por parte de El Kadri.
En 1989, el histórico militante de la resistencia probó suerte con la industria discográfica. Le fue muy bien. Creó el sello Milán Sur, especializado en bandas sonoras de películas pero también en música popular de calidad, que no era editada por otros sellos. Así editó a Astor Piazzolla, Roberto Goyeneche, Néstor Marconi, la Misa Criolla de Ariel Ramírez; Horacio Salgán y Ubaldo De Lío; Daniel Piazzolla y su Octeto Electrónico, con Fito Páez de músico invitado.
Su historia personal, los años de militancia y de cárcel, la muerte de sus amigos y el exilio, la compleja relación de la izquierda peronista con el propio Perón, la tesis de la "alternativa independiente" del peronismo, la relación entre peronismo y socialismo, son los grandes temas que el propio El Kadri revisó públicamente en la película Cazadores de Utopías, dirigido por David "Coco" Blaustein, y en el libro La Voluntad, escrito por Eduardo Anguita y Martín Caparrós.
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