“Para comprender este escenario hay que entender el origen de estas restricciones. Ese origen es el gran fracaso de la política energética en el país en los últimos ocho años”.
“Hasta hace cinco años éramos exportadores netos de energía, y como consecuencia de precios totalmente artificiales y convenios internacionales con Bolivia, comenzamos a convertirnos en cada vez más importadores”.
“La situación llegó a un punto tan crítico que la factura que hay que pagar al exterior asciende ahora a 10 mil millones de dólares”.
“Las restricciones son para generar dólares que cubran ese tremendo gasto producto de ocho años de fracaso en la política energética”.
“Esto no se arregla en un día, sino en dos o tres años, aunque es posible que el Gobierno siga respondiendo con estas medidas que provocan pérdidas de empleo, de productividad, de premios en las empresas, de horas trabajadas, entre otras cosas”.
“La otra solución para generar dólares sería que entraran o dejaran de salir capitales y un cambio en la política social, pero ninguna de esas cosas está hoy a mano”.
“Si la soja no estuviera en tan buen nivel, la capacidad para generar dólares sería menos y serían necesarias medidas más drásticas”.
“Así como la convertibilidad vivió con respirador artificial acumulando deuda, en este caso se vive con un respirador artificial más legítimo que tiene que ver con el precio de la soja”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario