La presidente Cristina Fernández de Kirchner participó del Tedeum en la Basílica de Luján, oficiado por el arzobispo Agustín Radrizzani.
La mandataria llevó a la Basílica una de las banderas argentinas que flamearon en las Islas Malvinas en 1966 y un pesebre donado por el Vaticano, que se expuso a fin de año en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada.
La presidenta decidió de este modo, no asistir al Tedeum en la Catedral de Buenos Aires, donde estuvo presente el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
Cristina ya había acordado con el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, designado por el Papa Francisco como su sucesor tras su mudanza al Vaticano, que no iba a asistir a la catedral metropolitana.
La decisión de ir a Luján incluso ya estaba planeada desde antes de la designación de Francisco como el nuevo Papa.
La Presidente ya había participado del tedeum en Luján hace tres años, en el festejo del Bicentenario del 25 de Mayo de 2010.
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