También pidió al Gobierno que evite “actuar con urgencia y apresuramiento” para aprobar el proyecto.
Arancedo presentó su pedido a través de un documento, que tituló “Reflexiones y aportes sobre algunos temas vinculados a la reforma del Código Civil”.
El texto fue aprobado por los obispos durante la 103ª Asamblea Plenaria del Episcopado, que concluirá mañana en Pilar.
“La Iglesia hace este aporte con actitud de colaboración. Es necesario no apresurarse y abrir un debate amplio y sereno”, señala el documento.
La intención de la Iglesia es que se reconozca que el comienzo de la vida humana desde la concepción y la valoración de la familia fundada en el matrimonio y la protección de los derechos de los niños.
Asimismo critican la eliminación del deber de fidelidad, cohabitación y asistencia recíproca en el matrimonio, el alquiler de vientres y la “discriminación de las personas concebidas fuera del seno materno”.
“El Código Civil por su carácter estable y modélico, al definir las obligaciones y derechos de las personas e instituciones no es algo neutro, sino que a través de él se expresan doctrinas y corrientes de pensamiento”, concluyó.
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