ARGENTINA-URUGUAY
Víctima de los vuelos de la muerte, su cuerpo fue hallado en las costas uruguayas en mayo de 1976 y enterrado en Colonia como NN.
Por:
Gerardo Aranguren
Victoria Montenegro respiró profundo tres veces antes de comenzar a leer el texto que había preparado. Le llevó varios minutos anunciar que había recuperado los restos de su padre, Roque ?Toti? Montenegro, quien permanecía desaparecido desde el 13 de febrero de 1976. Mientras leía, intentaba con todas sus fuerzas no quebrarse en llanto pero no todos los que estaban en la pequeña sala de conferencias de Abuelas de Plaza de Mayo lo lograron: a su lado Estela de Carlotto secaba sus lágrimas con un pañuelo de papel mientras sus ?hermanos?, los nietos restituidos Alejandro Sandoval, Manuel Gonçalves, y el también diputado Horacio Pietragalla la miraban desde atrás emocionados.
?Siento que no existe una palabra para definir tantos sentimientos encontrados. Por un lado, el dolor de conocer el destino final de mi papá y saber que tuvo que pasar por situaciones que creía ajenas a él. Y por otro, tener este sentimiento de paz que únicamente da la verdad?, leyó Victoria del texto que tituló ?La verdad alumbra lo que perdura?, parafraseando un poema del cubano José Martí al que Silvio Rodríguez puso música.
Victoria anunció el hallazgo de su padre en un cementerio de Colonia, Uruguay; que fue víctima de los vuelos de la muerte y que fue una mentira lo que su apropiador, el coronel Hernán Tetzlaff, le había contado no muchos años atrás. ?Mi apropiador me había dicho que mis padres habían sido ?abatidos? en un enfrentamiento que tuvo lugar en William Morris el 13 de febrero de 1976?, contó quien con sólo 13 días de vida fue separada de sus padres y unos meses después apropiada por el coronel Tetzlaf.
?La única verdad es la que aportó la investigación realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que confirmó que estuvieron secuestrados durante varios meses y que mi papá fue víctima de los vuelos de la muerte?, agregó. Carlos ?Maco? Somigliana, investigador del EAAF, explicó que el cuerpo apareció junto a otros siete en las costas uruguayas el 17 de mayo de 1976, meses después de su secuestro, lo que indicaría que ese tiempo permaneció cautivo en algún centro clandestino de detención, una situación que se desconocía hasta el momento. Estuvo enterrado como NN en el cementerio de Colonia durante 26 años hasta que sus restos fueron inhumados en el año 2002 e identificado en agosto de 2011 a partir de la muestra de sangre aportada por Victoria.
?Hay una idea que siempre está presente: la del milagro. Quizás sea un milagro que las Abuelas con una muestra de sangre de mi familia lograron encontrarme a 2000 kilómetros de mi verdadero hogar. También que el EAAF, con una gota de mi sangre, haya logrado identificar los restos de mi papá que estaban en Uruguay desde mayo del ?76. Por todo esto pienso que antes que el espanto de lo que nos pasó, está la fuerza del milagro. Y todo cobra otro sentido?, consideró la nieta, quien recordó también que su padre tenía apenas 20 años cuando fue secuestrado y arrojado al mar. ?Pienso en que mi hijo mayor tiene la misma edad que su abuelo, y estoy agradecida de que sea el mismo Estado argentino, pero esta vez conducido por personas comprometidas, el que tiene como uno de sus pilares la defensa y promoción irrestricta de los Derechos Humanos?, manifestó Victoria. <
Fuente; Tiempo Argentino
Víctima de los vuelos de la muerte, su cuerpo fue hallado en las costas uruguayas en mayo de 1976 y enterrado en Colonia como NN.
Por:
Gerardo Aranguren
Victoria Montenegro respiró profundo tres veces antes de comenzar a leer el texto que había preparado. Le llevó varios minutos anunciar que había recuperado los restos de su padre, Roque ?Toti? Montenegro, quien permanecía desaparecido desde el 13 de febrero de 1976. Mientras leía, intentaba con todas sus fuerzas no quebrarse en llanto pero no todos los que estaban en la pequeña sala de conferencias de Abuelas de Plaza de Mayo lo lograron: a su lado Estela de Carlotto secaba sus lágrimas con un pañuelo de papel mientras sus ?hermanos?, los nietos restituidos Alejandro Sandoval, Manuel Gonçalves, y el también diputado Horacio Pietragalla la miraban desde atrás emocionados.
?Siento que no existe una palabra para definir tantos sentimientos encontrados. Por un lado, el dolor de conocer el destino final de mi papá y saber que tuvo que pasar por situaciones que creía ajenas a él. Y por otro, tener este sentimiento de paz que únicamente da la verdad?, leyó Victoria del texto que tituló ?La verdad alumbra lo que perdura?, parafraseando un poema del cubano José Martí al que Silvio Rodríguez puso música.
Victoria anunció el hallazgo de su padre en un cementerio de Colonia, Uruguay; que fue víctima de los vuelos de la muerte y que fue una mentira lo que su apropiador, el coronel Hernán Tetzlaff, le había contado no muchos años atrás. ?Mi apropiador me había dicho que mis padres habían sido ?abatidos? en un enfrentamiento que tuvo lugar en William Morris el 13 de febrero de 1976?, contó quien con sólo 13 días de vida fue separada de sus padres y unos meses después apropiada por el coronel Tetzlaf.
?La única verdad es la que aportó la investigación realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que confirmó que estuvieron secuestrados durante varios meses y que mi papá fue víctima de los vuelos de la muerte?, agregó. Carlos ?Maco? Somigliana, investigador del EAAF, explicó que el cuerpo apareció junto a otros siete en las costas uruguayas el 17 de mayo de 1976, meses después de su secuestro, lo que indicaría que ese tiempo permaneció cautivo en algún centro clandestino de detención, una situación que se desconocía hasta el momento. Estuvo enterrado como NN en el cementerio de Colonia durante 26 años hasta que sus restos fueron inhumados en el año 2002 e identificado en agosto de 2011 a partir de la muestra de sangre aportada por Victoria.
?Hay una idea que siempre está presente: la del milagro. Quizás sea un milagro que las Abuelas con una muestra de sangre de mi familia lograron encontrarme a 2000 kilómetros de mi verdadero hogar. También que el EAAF, con una gota de mi sangre, haya logrado identificar los restos de mi papá que estaban en Uruguay desde mayo del ?76. Por todo esto pienso que antes que el espanto de lo que nos pasó, está la fuerza del milagro. Y todo cobra otro sentido?, consideró la nieta, quien recordó también que su padre tenía apenas 20 años cuando fue secuestrado y arrojado al mar. ?Pienso en que mi hijo mayor tiene la misma edad que su abuelo, y estoy agradecida de que sea el mismo Estado argentino, pero esta vez conducido por personas comprometidas, el que tiene como uno de sus pilares la defensa y promoción irrestricta de los Derechos Humanos?, manifestó Victoria. <
Fuente; Tiempo Argentino
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