El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, escribió una editorial sobre el pago del Boden 2012 y el desendeudamiento. El viernes se pagarán los bonos del corralito por un valor de 19.600 millones de dólares.
El 3 de agosto no es un día más en el calendario de vencimiento de la deuda pública. Ese día los argentinos pagaremos la última cuota del Boden 2012 entregado durante el corralito, símbolo de la peor crisis económica y social de la que tengamos memoria.
Este Gobierno ha normalizado la deuda y honrado todos sus pagos, cuota por cuota, durante los últimos 10 años. Sólo por el Boden 2012, la cuenta que pagamos los argentinos demandó 19.600 millones de dólares.
Pero también se ha demostrado que se puede salir de las crisis sin ajustes. Al mismo tiempo que se pagaba la deuda, bajaba la tasa de desempleo y la mortalidad infantil; mientras nos desendeudábamos, crecimos al 8%.
A la hiperinflación de los 80, le siguió el hiperendeudamiento de los 90. En el 2002, la relación deuda PBI alcanzaba 166%, imposible de resistir para cualquier economía atada a los vaivenes de los mercados.
Hoy, el peso de la deuda sobre la economía representa sólo el 41,6% del Producto Bruto.
La deuda con privados es de menos del 10% del Producto Bruto Interno, lo que aumenta la capacidad de gestión del Estado y permite asignar mas recursos a educación, obras, subsidios a los que mas lo necesitan.
Los servicios de pago de la deuda en moneda extranjera con privados representan anualmente sólo el 6% de las exportaciones.
Estos son los resultados de haber aplicado recetas propias: la reestructuración de la deuda, los canjes del 2005 y 2010, la cancelación con el FMI y la creación del Fondo de Desendeudamiento, con reservas.
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