El ministro de Economía, Axel Kicillof, defendió hoy la iniciativa para compensar a Repsol por la nacionalización del 51 por ciento de las acciones que ese grupo español tenía en YPF.

Kicillof salió al cruce de las críticas de la oposición por las ‘contracciones’ del Gobierno, dado que primero dijo que ‘no pagaría ‘un sólo dólar’, y ahora ‘se dispone a abonar alrededor de unos 5.000 millones de dólares por las acciones’.

El ministro en declaraciones a Radio Del Plata afirmó que: “Es imposible no pagar porque es ilegal. La idea no era perjudicar a Repsol, sino que se tomó sólo el 51 por ciento de las acciones de la compañía  en lo que fue el proceso de recuperación de YPF”.

“Estoy muy satisfecho porque se llegó a un acercamiento sobre el que no podemos dar detalles por el acuerdo de confidencialidad, ya que Repsol y otras empresas cotizan en bolsa, entre otras cuestiones”.

“Entiendo que hay alguna prensa muy ansiosa por criticar. Estamos conduciendo con muchísima seriedad esta negociación ardua porque no sólo incluye cuestiones del bono y la compensación, sino que la condición fundamental es que todas las acciones legales se articulen”.

“Esta situación nos tiene muy contentos porque se viene trabajando muy fuerte, con distintos interlocutores, distintos autores, entre ellos intervinieron el gobierno de España y de México (este último es el dueño de Pemex)”.

Kicillof remarcó la importancia de México en las negociaciones porque, según dijo, “jugó a favor de que se cierre el acuerdo”, por lo que la presidenta Cristina Kirchner agradeció formalmente al país centroamericano.

Promediando la entrevista se refirió a aquella presentación que hizo cuando se anunciaba la nacionalización de la petrolera, que le valió la crítica de toda la oposición, que asegura que él había dicho que no se le iba a pagar a la empresa española.

“Yo dije que no se le debía pagar a Repsol una cifra alejada de la realidad, basado en un precio arbitrario. Eso fue lo que dije. Es imposible no pagar una indemnización porque sería ilegal, así lo ordena la ley de expropiación. La idea nunca fue perjudicar a Repsol, sino tomar control de la empresa”.

“Entiendo que haya prensa ansiosa pero es una negociación ardua y tenemos un paraguas de confidencialidad que vamos a respetar”.