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viernes, 24 de febrero de 2012

Tragedia de Once:"¿HASTA CUÁNDO, SEÑORES? ¿HASTA CUÁNDO?".


CABILDO - Por la Nación contra el caos 




  
   
Buenos Aires llora, llora a sus muertos, hombres y mujeres que se levantaron como cada mañana para ir a ganarse el pan que sus hijos necesitan para crecer dignamente y se encontraron con la muerte más cruel. Buenos Aires ha comenzado su cuaresma y la ha comenzado de una manera terrible.
      
No tengo palabras para decir lo que siento el día de hoy. Pienso en los legisladores que, en plena crisis económica y social, se aumentan el sueldo en un 100 % sin importarle más que el metro cuadrado que los circunda; pienso en los jueces que por una disposición, y ganando 80.000 pesos por mes, evitan el pago del impuesto a las ganancias cuando una pobre familia con un hijo que gana 6.000 pesos debe pagar; pienso en los ministros y secretarios del Ejecutivo cuando cierran negociados con amigos por sumas que no me entran en la cabeza de tan extensas que son; pienso en los empresarios y banqueros con tanto dinero abarrotado y con tantos beneficios desde el poder sin la más mínima caridad hacia el prójimo y pensando en que se lo merecen más que nadie; pienso en la entrega más vil de los recursos del suelo y subsuelo que nuestros antepasados regando su sangre, lograron mantener y hacer fructificar; pienso en el futuro y no puedo más que pensar en la muerte de una Patria, en la muerte de nuestra Patria.
    
Señores, no se puede esperar más. Nosotros, quienes sufrimos el problema cada vez más de cerca, tan cerca que una mañana morimos en las vías de un tren aplastados por los fríos fierros de la irresponsabilidad, no podemos dejar que una minoría, que fue elegida por nosotros para manejar nuestros negocios, utilice de la manera más descarada ese poder para, no solo enriquecerse, sino ejercerlo de una manera tal que termina atentando contra nosotros por la desidia, la irresponsabilidad y el individualismo más atroz que guía cada uno de sus acciones.
    
Los pueblos tienen un tiempo, que no es el tiempo de quienes ejercen el poder. Un buen día, estallan y hacen tronar el escarmiento. ¡Ay de quienes estén en el poder cuando todo esto suceda! ¡No me gustaría estar en sus zapatos!
    
Las minorías irrealistas vociferan contra el orden y la familia y exaltan una vida sodomita, descontrolada y libertina. Quieren que la sociedad argentina sea “progresista” lo que para ellos no es más que libertinaje, sodomía, aborto y descontrol sexual. ¡Pero qué mierda quieren! ¿Quieren que la patria que tanto nos costó sostener frente a los embates del enemigo desaparezca? ¿Eso quieren? No señores, no podemos permitir esto, por el nombre de quienes dieron su vida por este suelo, no podemos dejar que esto suceda. No hay otra alternativa. Quienes sufrimos por los muertos, quienes no transamos con el lado oscuro, quienes vivimos dignamente y somos pacíficos debemos organizarlos porque sino la Patria desaparece. ¿Cuántas patrias han desaparecido por el derrotismo de su pueblo? ¿Cuántas, señores, cuántas? Lean historia y lo verán, y les aseguro, que se amargarán. Pero para que esto no pase debemos movilizarnos ya. Debemos conservar lo que tenemos y nos hace grandes: la Fe en Dios, la caridad hacia el prójimo y la esperanza de que la Patria saldrá de esta tempestad que la azota día a día, pero debemos salir a la calle a contagiar a todos los que son como nosotros. Basta de diversidad. Ahora es la hora de encontrar a nuestros iguales en la honestidad, en la bondad, en la justicia y en el bien. Basta de discursos baratos. Basta. Estamos hartos y lo tenemos que hacer saber.
   
Mario Veritas