Fábula carnavalesca

Mientras la desesperación del régimen cunde y la crisis interna se agudiza sumergiendo al país en la incertidumbre, la decepción avanza, detrás de la engañosa prosperidad, que anuncia Cristina en medio de la debacle, declamando fortuitos planes y las mismas obras faraónicas incumplidas por su marido, hoy es ella quien demanda ayuda para continuar con el proyecto destructor y corrupto, que él puso en marcha.
En medio de un páramo, Cristina, ataca. Siempre negando culpas, extorsiona, sin medir las consecuencias, destruye. La felicidad de dividir, confrontar y discriminar del régimen totalitario, se acentuará con el correr de las dificultades. La Señora Kirchner parece no tener límite para seguir jugando, mientras agudiza el despotismo no ilustrado.
Un año de conflictos se avecina, y cada vez con más rapidez parecen alejarse los consensos, las interferencias con el líder de la CGT, se encuentran en un momento critico. Al tiempo, ese Estado que se dice benefactor, acentúa su verdadero espíritu saqueador, demostrando con sus intransigencias que lo único preponderante es vivir del que trabaja, aun cuando los argentinos mueran en el intento de sobrevivir, en una tierra de nadie.
Al parecer no alcanzaron a entender, que el corzo terminará junto con los problemas. Sólo los actos armados, que utilizan como bandera la necesidad de los que a ellos concurren por la dádiva oficial, podrán mantenerse si persiste la caja. Esta forma de gobernar ha sido el caballito de batalla de los Kirchner desde sus inicios en la política en la provincia de Santa cruz, y Cristina no está dispuesta a cambiarla, todo lo contrario la endurecerá.
La descalificación como método de amedrentamiento, puesta en escena por la Señora que afirma ser la presidente de todos los argentinos, provoca comezón en todos los ciudadanos honrados, hartos de tanta hipocresía.
Los pataleos exhiben el fracaso que se quiere ocultar con monólogos exacerbados. Los desaciertos y desatinos de su propia gestión cuya idoneidad fue puesta a prueba en estos casi nueve duros años disfrazados de democracia, se extiende hoy por cuatro años más. Ante la imposibilidad de negar que el rumbo se ha salido totalmente de cauce, se apela a la mentira, es decir, mentiras renovadas para ocultar mentiras anteriores.
Sin embargo ante semejante panorama desalentador, la barbara reacción de la señora Kirchner marca su enajenado pensamiento y, derivando en ataque psicotico, exagerado y polémico que trata de descalificar a quienes no se adapten a sus puntos de vista, sin importar siquiera a que sector del cuerpo social pertenezcan, es decir que todos los que mantengan diferencias conceptuales con los dichos de la mandamás, son considerados enemigos públicos del régimen opresor.
Reclamar por lo suyo es considerado como vandalismo, el pensar distinto se lee como traición, exigir justicia por una inseguridad que goza con el beneplácito de funcionarios dedicados a la alabanza de la reina del corzo convierte a los ciudadanos en vende patrias de acuerdo con un pensamiento gramnsciano aplicado por los Kirchnerismo para cambiar y uniformar por medio de lo que Cristina consigna como apertura de cerebros, útil artimaña para introducir el “pensamiento único” y el desorden social que posibilite la sodomización del soberano.
En el entre tanto, la murga sigue luchando por mantener en su apogeo el gran corzo, pero después del carnaval, cuando se comience a descubrir todo el engaño encubierto por la murga, ya sin los brillos fulgurantes y la caída del modelo haga impacto en los bolsillos de los argentinos ¿cuál será el disfraz que adopte la presidente?
Fuente: La Historia Paralela
Autor: Susana Sechi
Directora de La Historia Paralela
Directora de La Historia Paralela
Email: susanasechi@gmail.com
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