El último adiós a Camila fue con una misa y una canción de su mamá
Diario Tiempo Argentino – Sección Sociedad
Sus cenizas quedaron en el cinerario parroquial, cuyo cura, Juan del Rey, es amigo de la familia y fue el encargado de realizar desde la teología una “valoración moral” del caso de esta niña nacida muerta por un presunto caso de mala praxis y reanimada durante una hora y media para quedar en estado vegetativo permanente durante tres años, un mes y once días. Camila había recibido la extremaunción el martes, un día después de que sus padres presentaran el pedido formal de desconexión al Centro Gallego , donde estaba internada. Amigos, familiares y gente de la comunidad católica de Cañuelas se acercaron a apoyar a los papás, Selva Herbón y Carlos Sánchez , y a su hija mayor, Valentina, en ese último adiós a la niña cuyo caso testigo aceleró el tratamiento de la ley de muerte digna en el país. Después de la ceremonia de la comunión, Selva cantó para ella con su guitarra la canción “Hay ángeles volando”. Ayer había dicho que -como católica- cree en el reencuentro con su hija después de su muerte. “Vino mucha gente, más de 600 personas. La misa fue a las 11 de la mañana, como estaba pactado. La familia estuvo todo el tiempo muy tranquila. Hasta la mamá cantó una canción y luego se permitió llorar mucho cuando depositamos los restos en el cinerario”, relató el cura a Tiempo Argentino. Por otra parte, desmintió la versión periodística que indicaba que Camila “ya tenía su propio santuario” en este lugar: “No tiene ninguna construcción especial, está junto a las cenizas de otras personas; esa información no es fidedigna”, dijo Del Rey.
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