viernes, 9 de noviembre de 2012

Las bandas subversivas aterrorizadas por la movilización del pueblo real.

CACEROLAZO


¡Ni vivimos con 6$, ni hacemos cacerolazos con Essen!

AW) Reproducimos algunos posicionamientos en relación con el cacerolazo convocado para el día de hoy.

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En los últimos meses venimos asistiendo en el escenario nacional a un reacomodamiento de sectores sociales, políticos y sindicales aglutinados en torno a la proyección de una alternativa conservadora frente al "populismo" kirchnerista. En este contexto se han desarrollado algunas manifestaciones y cacerolazos protagonizados fundamentalmente por sectores medios y altos. Aunque no podemos, como hace el Gobierno, caracterizar en bloque e indiscriminadamente a todos los manifestantes como golpistas o fascistas, es clara la orientación antipopular y reaccionaria de estas expresiones.

Las cacerolas que estos días salen a la calle poco que ver tienen con aquellas de 2001. Bajo la consigna "piquete y cacerola, la lucha es una sola", las cacerolas expresaron en aquel tiempo el hastío ante el modelo neoliberal y el reclamo de medidas populares. Hoy, por el contrario, se concentran en criticar por derecha al Gobierno, cuestionando programas sociales o los intentos de mayor regulación estatal de ciertas áreas del mercado. Así, en base a rechazar los intentos de re-reelección o los visibles casos de corrupción, se esconde un programa económico y social aún más regresivo para las mayorías populares que el kirchnerismo. Por ello, no es de extrañar que estas cacerolas critiquen a procesos políticos de la región - como Cuba o Venezuela - que, con sus limitaciones, buscan responder a reivindicaciones populares y conformarse como una alternativa al imperialismo y al neoliberalismo. Expresión de todo esto es la organización del cacerolazo espontáneo del 8N, al cual repudiamos en tanto maniobra derechista y pro-imperialista. Más allá de las diferentes posibles consideraciones sobre el proceso bolivariano, es evidente que la victoria del presidente Hugo Chávez en las elecciones venezolanas hizo que se le salte la cadena a los reaccionarios de todas las latitudes. Así lo expresó, por ejemplo, el apoyo directo de Macri y el grupo Clarín al opositor Capriles y su posterior frustración.
La administración kirchnerista, en el marco de las luchas sociales y el clima político posterior al 2001, produjo ciertos avances en materia de derechos humanos, sociales y políticas, pero que no son parte de un programa integral de corte con el saqueo y la precarización de las condiciones de vida de nuestro pueblo. El kirchnerismo se ha conformado como una variante inteligente de la burguesía, capaz de reconstruir la legitimidad social y política del régimen, sin realizar modificaciones estructurales o profundas respecto al neoliberalismo. En ese sentido, los problemas de vivienda, salud, trabajo genuino o educación siguen sin resolverse. Esto no quita que haya sectores de las derechas políticas y económicas locales que preferirían un programa de ajuste más directo o menos concesiones a los sectores populares
Frente a la polarización instalada entre el Gobierno y la oposición de derecha, las organizaciones abajo firmantes seguimos apostando a la construcción desde abajo de una alternativa popular. Con este objetivo en el horizonte, repudiamos a los sectores reaccionarios locales que buscan impulsar políticas más duras de ajuste a los sectores populares, al tiempo que apostamos a la construcción de una alternativa política de los de abajo, heredera de las jornadas de 2001.

Primeras firmas:
Corriente Político Sindical "Rompiendo Cadenas"// Agrupación Kiki Lezcano // Colectivo Desde el Pie // Corriente de Organizaciones de Base La Brecha // MTD Aníbal Verón -Nueva Fuerza- // Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social - MULCS //

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De Poder Barrial

8N: ¡Piedra libre a la derecha!

Desde Poder Barrial entendemos que el cacerolazo del 13 de Septiembre último ha sido una de las muestras del reagrupamiento de la derecha, que logró movilizar a sectores de la clase media que han salido a ocupar las calles con consignas individualistas y reaccionarias.
El rejunte de reclamos que se vieron por TN (la restricción a la compra de dólares, el abuso de la cadena nacional, la inseguridad y el rechazo a la re-re) no refleja los problemas ni las necesidades reales de la mayoría del pueblo.
Uno de los más llamativos es el de "la falta de libertad". Está claro que la libertad que estos sectores defienden es la libertad de empresa, la libertad de los bancos, la "libertad de prensa" de Clarín. Lo que no quieren es un Estado fuerte capaz de regular la economía, ni mucho menos que garantice un mejor nivel de vida para los de abajo. Mauricio Macri, Elisa Carrió y Cecilia Pando son algunos de los abanderados de esta "libertad".

La reaparición de estos sectores en la escena pública el 8N plantea el desafío para el campo popular de llevar claridad sobre qué está pasando.

Es importante ubicar ambos cacerolazos en el contexto de la pelea entre el gobierno y un sector de la clase dominante, en especial el Grupo Clarín, aquellos que se dedican a la exportacion y el capital financiero, cuyos intereses concretos han sido afectados por las últimas medidas.

La pronta aplicación de la ley de servicios de comunicación audiovisual, que comenzaría a desarticular a Clarín, es un round fundamental en esta disputa, que realza el protagonismo de las cacerolas. Eso explica que los medios del monopolio las convoquen y difundan abiertamente, e instalen aquellos reclamos como los únicos posibles y válidos debates del momento. Al verse tocado Clarín, los sectores más reaccionarios del arco político y económico pierden un actor fundamental en la pelea por el poder.

El Kirchnerismo, por su parte, se ha limitado a dar pelea en los juzgados que definen el futuro de la ley de medios y a responder con encendidos discursos presidenciales. Hasta ahora ha optado por no dar un lugar protagónico al pueblo en las calles, negando la incidencia histórica que han tenido las clases populares en estos procesos.

Algunos sectores de la izquierda tradicional, interpretaron éstos hechos como una muestra del descontento popular, pasando por alto los contenidos de los reclamos y los sectores que los capitalizan; otros, eligieron abstenerse.
Los que mañana saldrán a golpear cacerolas lo harán para dejar en claro que no están dispuestos a ceder ni una pizca de sus privilegios. Y quienes capitalizarán el reclamo son los grupos de poder que han manchado de sangre nuestra historia, han defendido a los represores en los 70s, se han alineado bajo el neoliberalismo en los 90s y se enriquecieron gracias a la muerte y pobreza del pueblo.

Desde Poder Barrial repudiamos la movilización del 8N por su carácter antipopular. Las calles son del pueblo, no de los ricos. Creemos necesario resistir el fortalecimiento de la derecha y aprovechar a nuestro favor este tipo de grietas que se abren en el poder para exigir una participación real y concreta en los beneficios que por ejemplo la ley de medios pone sobre la mesa.

Sigamos peleando por nuestro derecho a una vivienda digna, contra la precarización laboral, por una salud y educación pública, gratuita y de calidad: por la verdadera libertad, la de nuestro pueblo.
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COMUNICADO DE PRENSA

EL NUEVO MAS REPUDIA EL CACEROLAZO REACCIONARIO SIN DAR NINGÚN APOYO AL GOBIERN0 K
 

NO ES UNA ALTERNATIVA PARA LOS TRABAJADORES



Héctor "Chino" Heberling, dirigente del Nuevo MAS, frente a la convocatoria a un nuevo cacerolazo declaró: "desde el Nuevo MAS queremos ser absolutamente claros: repudiamos la convocatoria del 8N por representar sin lugar a dudas el intento de montar una alternativa por derecha al gobierno K, que exprese una oposición "liberal y republicana" al oficialismo k, cuyos motivos íntimos son: la defensa de la actual constitución neoliberal reformada en los 90` (incluyendo aquí al FAP y los "antiimperialistas" de Libres del Sur), el libre mercado, la no intervención del estado en la economía, la libertad de prensa entendida como libertad de empresa y el monopolio de los medios por la oposición gorila, la libre disposición de dólares para hacerse paseitos por el exterior o, mucho más importante, pasar a moneda ‘dura' las súper ganancias extraídas de la explotación de la clase obrera. Una agenda que nada tiene que ver con las necesidades de los explotados y oprimidos y que, vergonzosamente, desde sectores de la izquierda se sigue considerando ‘progresiva', como cuando no tuvieron empacho en poner las banderas rojas al lado de las de la Sociedad Rural en Palermo".

Heberling agregó: "aunque en estos días nos quisieron vender que había una ‘batalla en las redes sociales', quedó claro que este cacerolazo ha perdido el aparente carácter ‘espontáneo' que tuvo el 13 S, transformándose en una manifestación mucho más política. Tanto Macri como Carrió (entre muchos otros políticos de la oposición patronal), la Iglesia Católica, etcétera, se han declarado a favor del mismo, por no olvidarnos el hecho de que está directamente promovido por los diarios Clarín y La Nación, los que han salido a propagandizar que ‘si el 8 N es grande no hay 7 D' (por la supuesta intervención que el gobierno de Cristina promovería ese día en el multimedio)".

También señaló Heberling que "los sectores populares que tienen justas críticas al gobierno, no deben confundirse. Como las marchas de Blumberg y, sobre todo, la coalición sojera del 2008, se trata esta de una manifestación reaccionaria y conservadora de los sectores pudientes de la sociedad en defensa cerrada de sus intereses, que nada tienen que ver con los intereses de los de abajo".

Por esto mismo Heberling agregó: "dicho esto, tampoco defendemos al gobierno K. Este representa a los sectores patronales que defienden ‘otra regulación' del mercado. Es que Cristina Fernández también expresa los intereses de la Argentina capitalista, de los grupos empresariales beneficiados por la nueva ley de accidentes de trabajo, por la flexibilización laboral, por una forma de explotación del trabajo que si ha implicado una mayor tasa de empleo, no ha dejado de significar un aumento considerable en la productividad fundada en el sudor, las lágrimas y la sangre del obrero. Cristina Kirchner quiere hacerse de los medios pero no para ponerlos al servicio del movimiento obrero y de masas, sino para que sea el oficialismo el que los monopolice, vendiendo desde los mismos su ‘relato' acerca de cuales deben ser las reglas de juego de una Argentina que, aun con barniz ‘progre', sigue siendo 100% capitalista".

Concluyó Heberling que: "los trabajadores y el pueblo necesitan otra cosa, una salida independiente, la que no puede venir ni del gobierno de Cristina ni de los caceroleros ‘chetos' que se van a expresar mañana. De estos enfrentamientos en las alturas entre distintas opciones patronales, nada bueno podemos esperar los sectores obreros y populares. Un ejemplo de esto ha sido recientemente todo el escándalo que se desató alrededor del tema del aborto, donde los referentes de ambos sectores patronales ni abrieron la boca evidenciando con su silencio el apoyo explícito a la archi-reaccionaria Iglesia Católica que sigue opinando como si todavía estuviéramos en la Edad Media.
El Nuevo MAS reitera la posición asumida cuando el conflicto del 2008, de absoluta independencia de clase frente a ambos bandos burgueses, impulsando la movilización para poner en pie un tercer polo en la política nacional que defienda los intereses de los sectores obreros y populares".

CONTACTOS

Héctor "Chino" Heberling 1158910664

Secretaría de Prensa

Agueda 1133731961

Adrián 1166587637


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PTS

LA POSICIÓN DE LA IZQUIERDA FRENTE AL CACEROLAZO" DEL 8N
CHRISTIAN CASTILLO DEL PTS: "NI CON EL GOBIERNO NI CON LA OPOSICIÓN PATRONAL" 

(PTS, 07/11/12) Con respecto al debate originado por la convocatoria a un"cacerolazo nacional" el día de mañana, el dirigente nacional del PTS y ex candidato a vicepresidente por el Frente de Izquierda Christian Castillo remarcó que "el PTS no está ni con el gobierno kirchnerista ni con la oposición patronal que promueve el cacerolazo: reclamamos a las centrales obreras y todos los sindicatos un paro nacional activo como inicio de un verdadero plan de lucha por las múltiples y acuciantes demandas del pueblo trabajador".

"Como venimos denunciando desde la izquierda, sobran motivos para movilizarse y luchar contra este gobierno que, aunque tenga retórica antineoliberal, sigue dándole prebendas a la corrompida burocracia sindical, mantiene extranjerizada la economía y sigue aplicando en forma creciente el impuesto al salario sancionado durante la presidencia de De la Rúa, afectando cada vez a más trabajadores. Sobran motivos para movilizarnos contra la precarización laboral, uno de los pilares del "modelo" K. La recientemente sancionada Ley de ART no tiene nada que envidiarle a aquella diseñada por Domingo Cavallo en los 90. Asimismo, este gobierno, más allá de sus discursos, profundizó la criminalización de la protesta social. A través del secretario de Seguridad, el teniente coronel Sergio Berni, reprime a los trabajadores que se movilizan legítimamente para defender sus derechos, mientras continúa en pie todo el entramado de espionaje e infiltración contra las organizaciones obreras y populares de Gendarmería Nacional (Proyecto X). Este gobierno sancionó a pedido del Pentágono y el Departamento de Estado de EE. UU. las llamadas leyes antiterroristas, que reformaron el Código Penal poniendo a los luchadores y sus organizaciones sociales y políticas en la mira de la Justicia para imputarlas por "terrorismo", como ya ha sucedido con los ambientalistas que luchan contra la minería a cielo abierto en Catamarca.

Sin embargo, nada de esto se escuchará en las calles el próximo 8 de noviembre en el cacerolazo fomentado por grandes corporaciones empresariales, la cúpula de la Iglesia Católica y el apoyo explícito de políticos patronales de derecha como Macri, De la Sota y Carrió. Entre las principales consignas de los convocantes prácticamente no se habla de las demandas más profundas de los trabajadores y el pueblo y no se critica a los políticos patronales que alientan la movilización. Por lo tanto es una acción completamente funcional a la oposición patronal. Por eso el PTS en el Frente de Izquierda NO participará de este evento.

Por el contrario, sostenemos que los trabajadores deben luchar por sus propias demandas y las del pueblo pobre, en forma totalmente independiente de los políticos y grupos patronales. Es necesario que la CGT de Moyano y la CTA de Micheli convoquen en lo inmediato a un paro nacional activo, con piquetes y cortes de ruta, que se prepare con asambleas en todos los lugares de trabajo. Eliminación de todo impuesto al salario para los trabajadores convencionados. Pase a planta permanente de todos los precarizados. Universalización de las asignaciones familiares para todos los trabajadores. Derogación de la Ley de ART. Basta de criminalizar la protesta: desprocesamiento de todos los luchadores. Derogación de las leyes antiterroristas.

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