Mostrando entradas con la etiqueta confianza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta confianza. Mostrar todas las entradas

lunes, 28 de mayo de 2012

En la Catedral metropolitana, el Cardenal Jorge Bergoglio, durante el Tedeum del 25 de Mayo, criticó duramente a la política nacional.



“El  poder como ideología única es otra mentira” y  “el diálogo que lleva a construir un proyecto común requiere de escuchar, renunciar, reconocer los errores, aceptando  los fracasos y equivocaciones”.
“Pero da la impresión de que siempre caemos en lo contrario: los errores son cometidos por ‘otros’ y seguramente en ‘otro lado’. Crímenes, tragedias, pesadas deudas que debemos pagar por hechos de corrupción pero, ‘nadie fue’”.
“Nadie se hace cargo de lo que hay que hacer y de lo hecho. Parecería un juego inconsciente: ‘nadie fue’ es, en definitiva, una verdad y quizás hemos logrado ser y sentirnos ‘nadie’”.
También  hizo una especial exhortación por los pobres y ancianos olvidados, a quienes consideró ‘víctimas de la exclusión, verdadera anestesia social’.
“El relativismo que, con la excusa del respeto de las diferencias, homogeniza en la transgresión y en la demagogia; todo lo permite para no asumir la contrariedad que exige el coraje maduro de sostener valores y principios. El relativismo es, curiosamente, absolutista y totalitario, no permite diferir del propio relativismo, en nada difiere con el ‘cállese’ o ‘no te metas’”.
“El poder como ideología única es otra mentira. Si los prejuicios ideológicos deforman la mirada sobre el prójimo y la sociedad según las propias seguridades y miedos, el poder hecho ideología única acentúa el foco persecutorio y prejuicioso de que ‘todas las posturas son esquemas de poder’ y ‘todos buscan dominar sobre los otros’. De esta manera se erosiona la confianza social”.
“Nos lleva a ser cómplices, con nuestra indiferencia, de las manifestaciones de abandono y desprecio hacia los más débiles de la sociedad. Parecería que el bien público y común poco importa mientras sintamos el ‘ego’ satisfecho”.
“Nos escandalizamos cuando los medios muestran ciertas realidades sociales pero luego volvemos al caparazón y nada nos mueve hacia esa consecuencia política que está llamada a ser la más alta expresión de la caridad. Los extremos débiles son descartados: los niños y los ancianos”.
“Ya conocemos hacia donde nos llevan las pretensiones voraces de poder, la imposición de lo propio como absoluto y la denotación del que opina diferente: al adormecimiento de las conciencias y al abandono”.
“Sólo la mística simple del mandamiento del amor, constante, humilde y sin pretensiones de vanidad pero con firmeza en sus convicciones y en su entrega a los demás podrá salvarnos”.