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sábado, 9 de junio de 2012

Desde cuándo se celebra Corpus Christi.


Este sábado 9 de junio, la Iglesia en la Argentina celebra la solemnidad de Corpus Christi.

Corpus Christi es uno de los misterios más difíciles de entender: Jesús está vivo en la Eucaristía, en cada hostia consagrada. "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día", dice Jesús según el Evangelio (San Juan 6, 52 -59).
La fiesta del Cuerpo y la sangre de Cristo fue instituida por el papa Urbano IV en septiembre de 1264. Tradicionalmente, la Iglesia busca darle notoriedad a este día con una expresión pública, por eso se busca que se realice en una plaza, como símbolo de participación ciudadana a través de una procesión pública con el Santísimo Sacramento, presidida por los obispos en las catedrales y por las máximas autoridades eclesiásticas en cada lugar.
De esta manera los cristianos atestiguan su gratitud por el triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Un poco de historia en nuestro país
Es notable la transformación que sufrió esta procesión religiosa. Solía ser una solemnidad vinculada a las parroquias céntricas cuyas feligresías, pertenecientes a las más encumbradas familias, se encargaban de la decoración y preparación de los altares efímeros que se instalaban en la Plaza de Mayo.
Sin embargo, hacia 1920, el desplazamiento de los vecinos desde los barrios para asistir a la celebración del Corpus se hizo cada vez más frecuente. Esta fiesta religiosa fue adquiriendo un cariz popular; los sectores populares llegaban a Plaza de Mayo, participaban de los oficios religiosos y luego dedicaban el resto de la tarde a pasear por las calles céntricas.
Se trataba de procesiones organizadas con toda deliberación. La gente asistía bajo la coordinación de “comisarios”, que cuidaban la distribución del público en las filas que marchaban por las calles y se encargaban de mantener el orden en la procesión. Las columnas estaban compuestas por los alumnos de los colegios católicos, las feligresías parroquiales de toda la ciudad, los círculos de obreros, las congregaciones, el clero secular y regular, etc.; cada uno de ellos ocupaba un lugar que había sido dispuesto con anticipación. La música sagrada y el canto gregoriano, que los benedictinos recientemente arribados al país comenzaron a difundir, despertaron gran interés. El canto gregoriano y, más tarde, la incorporación de los altoparlantes en las procesiones, que se utilizaban tanto para guiar los cánticos como para disciplinar las filas, terminarán por solucionar hacia 1930 la más seria dificultad organizativa: que se cantara y rezara al unísono; los altoparlantes permitirán guiar al público e indicar desde allí el orden de los estribillos y oraciones a corear y rezar. Los católicos comenzaron a adquirir una creciente presencia en la ciudad.
Si la década del treinta fue la época dorada de los congresos eucarísticos a los que asistían multitudes, en la década del cuarenta, una nueva manifestación de trabajadores sindicalizados se sumaron a las mismas.
Éstos aclamaban y vivaban al entonces Presidente de la Nación; los otros llevaban como baluarte la enseñanza religiosa.
Sin duda la solemnidad de Corpus Christi evoca acontecimientos importantes en la historia del país, como lo fue el sábado 11 de junio de 1955 en Buenos Aires.
En esa fría tarde de sábado, miles de personas se congregaron frente a la Catedral Metropolitana. Participan representantes de los partidos opositores al gobierno y se manifiestan en su contra, cantando consignas católicas. La procesión se realiza a pesar de la prohibición oficial de manifestarse en las calles y culmina con una Catedral desbordada. En un hecho confuso y frente al Congreso, grupos no identificados queman una bandera argentina.

Con estos sucesos, a lo largo de los años la procesión de Corpus en Buenos Aires, fue una demostración de un catolicismo fuerte de los adultos mayores, hasta que en el año 1990 surge el deseo de incorporar la participación de los jóvenes, por lo que se convierte en la marcha de Corpus.
Junto con los jóvenes comienza el desafío de la evangelización por las calles y desde distintos puntos de la ciudad, hoy marcha desde las diversas parroquias hasta la Plaza de Mayo para la celebración de esta Solemnidad.