El caso más complejo es el de Pehuajó, que está cubierto en un 80% por agua. Se estiman pérdidas en 4.800 millones de pesos.
José Pelayo, un productor, indicó que “estos pueblos viven del campo y no sé qué va a ocurrir. Toda la cadena productiva y la económico-financiera se resienten y se cortan”.
En tanto, desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) aseguraron que la situación afecta también a los ganaderos. “Las vacas están pariendo en el agua y los terneros se mueren”, dijo Alfredo Rodes.
“Zonas que en general tienden a ser secas como San Cayetano, Necochea o Gonzales Chaves están inundadas. Y aquí las plantaciones de trigo y cebada ya fueron realizadas”, indicó.
Además, desde la organización exigieron que se firmen decretos que ratifiquen la emergencia agropecuaria, ya que “las actas sólo alcanzan para diferir temas con el Banco Provincia, pero no permiten lo mismo con ARBA, ni tratarse la emergencia a nivel nacional”.
El vicepresidente de Carbap, Juan Balfour, manifestó que ”no alcanza con monitorear sino que hay que actuar, firmando los decretos que avalen las actas que datan de hace tres meses, porque están llegando boletas de ARBA de campos que están bajo el agua, sin producción, con enormes pérdidas y el productor se ve imposibilitado de acogerse a la emergencia porque los decretos no están firmados: es una burla”.