martes, 10 de diciembre de 2013

El argentino Pablo Vaquero, CEO de la corporación multinacional genocida Monsanto, es el enemigo público Nro.1.

Sin embargo goza de la protección de todo el espectro político, tanto oficialistas y supuestos opositores, en todos los estamentos del Estado, y en todas sus ramas (dando por sentado que aun existen).

La relación de sometimiento no es solo para con el arco político, sino que también se extiende a todos los medios del Grupo Clarín, a todos los medios oficialistas, y a todas las instituciones “educativas”.

Monsanto está impulsando el tratamiento de la Ley de Semillas en nuestro país, lo que prohibiría el uso de semillas orgánicas, hiriendo de muerte a todos los pequeños productores del país. La mencionada ley es la expresión más nefasta del totalitarismo corporatocrático en el que hoy vive inmersa la Argentina. Donde toda la clase política no pelea por verdadero poder, sino por ver quién es la mujerzuela predilecta por los Rothschild (los dueños de Monsanto, de las mega-farmacéuticas, y de todos los medios masivos de comunicación) los verdaderos gobernantes de Argentina.

Es responsabilidad de todos los Argentinos de bien, repudiar hasta la expulsión definitiva a todos los empleados de Monsanto, tanto a los de su nómina formal, como los que trabajan para la corporación usando el “disfraz de político o periodista”.

El criminal Pablo Vaquero, CEO de Monsanto, debe ser llevado a la Justicia entre otras cosas por comenzar la construcción de la planta de Malvinas Argentinas sin estudio previo de impacto ambiental y sin audiencia pública como la Constitución Nacional y las Leyes lo exigen.

Ningún Juez de la Nación se anima a hacer cumplir la Ley ante delitos evidentes de Monsanto y el criminal Pablo Vaquero. ¿Cómo podemos los Argentinos seguir confiando en las instituciones?

El criminal Pablo Vaquero no debe circular tranquilo. Es el deber de todo patriota repudiarlo, e informar sobre su paradero a otros, para poder hacerle seguimiento y así mantener el repudio de forma permanente. No olviden que el criminal Vaquero, por intermedio de sus empleados, realiza inteligencia de las personas que concurren a las marchas y a quienes resisten en el acampe de Malvinas Argentinas, Pcia. de Córdoba, (esto se pudo comprobar tras las cartas documento, que recibieron los patriotas que resisten en Malvinas) por lo que sólo estarían haciendo lo mismo que hace Monsanto con quienes se oponen a él.

Pablo Vaquero debe ser llevado a la justicia y ante la falta de la misma, deberá ser el pueblo Argentino el que haga justicia y persiga al delincuente Vaquero y a la corporación genocida que representa, hasta expulsarlos de la Argentina.

Matias Díaz
BWN Argentina 

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