viernes, 30 de mayo de 2014

El aumento del 40% en la AUH.

ASIGNACION UNIVERSAL POR HIJO


El aumento, menos que un paliativo
(AW) El aumento del 40% en la AUH (de 460 a 644 pesos) no llega a compensar la pérdida de poder adquisitivo, congelada durante el año. La inflación, en ese periodo, superior al 40% en el rubro alimentos, se lleva el 100% de la asignación. Estas medidas siguen la línea del Banco Mundial: mantener a las franjas más empobrecidas en un mínimo mercado de consumo, pero sin dar trabajo o bien trabajo precario.
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El aumento en la Asignación Universal por Hijo (AUH) y las asignaciones familiares, por su significado, bien podría haberse anunciado con un comunicado de la Anses. Que se haya usado la cadena nacional, reunido a los aplaudidores en el Salón de las Mujeres y a los funcionarios de La Cámpora en el Patio de las Palmeras para tan poca cosa indica, sin más, que este gobierno ya no tiene nada importante que ofrecer.
La AUH debería ajustarse por inflación mensualmente, puesto que quienes la reciben (3,5 millones de niños) no están en condiciones de esperar. En esa franja de la población, lo que se pierde no se recupera y solo se salva con privaciones alimentarias.
La CTA oficialista, insospechada de “destituyente”, ha admitido en un informe que a fines de 2013 el índice de pobreza llegaba al 18,2 por ciento (7.681.000 personas) y el de indigencia al 4,4 por ciento (1.815.000 personas). Ese mismo informe indica que la AUH perdió el 9,3 por ciento de su capacidad real de compra desde que fue instaurada en 2009. Debe recordarse, además, que esa asignación sale de la Anses; es decir, la pagan los jubilados.
En cuanto a las asignaciones familiares, aumentaron entre un 20 y un 40 por ciento según la escala salarial (descienden cuando aumenta el salario), y llega también a 644 pesos para el sector de menores ingresos. Unos 7 millones de niños cobran esas asignaciones. Sin embargo, como no se ha modificado el mínimo a partir del cual el salario familiar deja de recibirse, persiste y va en aumento la tendencia a suprimirlo lisa y llanamente. Cuando se resuelvan las paritarias, los aumentos nominales harán que un sector importante de trabajadores deje de recibirlo, aunque la capacidad de compra de su salario haya disminuido. Las asignaciones familiares se financian con aportes patronales y, cuando eso no alcanza, se recurre al Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses. Los jubilados de 2.757 pesos por mes dan para todo…
Por otra parte, los subsidios y los planes sociales siguen la línea del Banco Mundial: mantener a las franjas más empobrecidas dentro de un mínimo mercado de consumo, pero sin dar trabajo o con trabajo precario.
Esto se hace, además, cuando la inflación, según el Indec, ha tocado el 12 por ciento en el primer cuatrimestre. Y téngase en cuenta que en abril volvieron los dibujos de las estadísticas de inflación.
A. Guerrero para Partido Obrero.
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Hace pocos días Cristina en una de sus tantas apariciones en «cadena» anunció con bombos y platillos el aumento de las asignaciones familiares, que llevará las más «altas» a $ 460. Junto a otra sarta de falsedades y verdades a medias, el discurso presidencial mostró este aumento como un fenomenal esfuerzo que hace «su gobierno» inyectando más de $16.300 millones al mercado con el objeto de fomentar el consumo, y en el camino de la tan mentada redistribución de la riqueza.
Olvidando el IVA y lo que se «queda» de la Coparticipación Federal aseveró que el Estado Nacional no aumentó ningún impuesto. Y afirmó que La Cámpora controlará los precios para que los empresarios se aprovechen del dinero que vía las Asignaciones ella espera que fomente el consumo y alivie algo la situación de los más necesitados.
En realidad todos estos anuncios y medidas parciales son un intento desesperado y seguramente condenado al fracaso, de un gobierno que ve que su modelo hace aguas por todos lados y necesita como el aire llegar lo más robusto posible a octubre.
¿Qué esconde el aumento de las asignaciones anunciado por Cristina?
En primer lugar digamos que la Asignación Universal por Hijo (AUH) surgió de un decreto allá por octubre de 2009 cuando el gobierno K (incluyendo al propio Néstor)perdió las elecciones legislativas. Hoy Cristina, ante un panorama nacional adverso se adelanta y trata de «curarse en salud».
En segundo lugar, el discurso del gobierno con respecto a las AUH, está plagado de mentiras y verdades a medias, de manera de presentarlas como un gran logro de su gestión y un verdadero acto de justicia redistributiva. Veamos que esconde en realidad el anuncio de Cristina.
1-¿Por qué las aumentan? Ya hemos abordado antes la discusión sobre la caída del poder adquisitivo de la AUH porque no se actualiza por la inflación y porque hace meses se introdujo que para percibirla se sumaba el total de lo percibido por los cónyuges. Ahora digamos que hay dos razones fundamentales para anunciar el aumento ahora: En primer lugar trata de revertir presión y la bronca contenida por abajo, sobre todo en sectores muy pobres como son los desocupados, con ingresos por debajo del mínimo y los trabajadores en negro que no fueron alcanzados por los acuerdos paritarios. En segundo lugar y ligado al primero, es un intento electoral de inyectar dinero en los meses previos a las elecciones primarias y las de octubre, para que no le ocurra lo del 2009.
2-¿A quiénes alcanza? La llamada AUH, en realidad no es universal, ya que hoy más de 2,5 millones de chicos menores de 18 años no la perciben, además no es igualitaria ni siquiera entre quiénes ganan menos, mientras que para los nacionales es de $460, en distintas provincias como Chaco, Mendoza o Santa Fé los montos percibidos son mucho menores y distintos entre sí. Además si se es autónomo o monotributista por ej. tampoco se percibe. De hecho hoy se pagan 1.533.800 asignaciones menos que en el 2009!! (ver gráfico) justamente porque no se ajustó por la inflación real. De manera que sigue siendo un subsidio fundamentalmente orientado a los desocupados, servicio doméstico y sectores muy pobres de la sociedad, condicionado por el gobierno Central, con lo que implica como mecanismo de clientelismo y extorsión.
3-¿Quiénes la pagan? Pero quizás el punto más nefasto de la AUH, esté en quién la financia. Si fuese verdad que el gobierno quiere redistribuir la riqueza, se supone que los fondos salen de los sectores más acomodados y ricos de la sociedad, lo que sí significaría, más allá de las limitaciones que tuviese, una redistribución de recursos o de la riqueza acumulada. Pero no, nada de eso. Los fondos son aportados por la ANSES, esto fue así en sus orígenes en 2009 y no se ha modificado sustancialmente. Es decir que mientras el 75% de los jubilados cobra la mínima de $ 2.100 y Cristina les niega el 82% móvil, mes a mes les sacan a los viejos (pobres) miles de millones de pesos de su caja, para dárselos a los chicos (pobres) del mismo modelo que sumerge a unos y otros en cada vez mayor pobreza. Mientras los sectores más ricos y concentrados son beneficiados con exenciones impositivas, tasas cero e incluso últimamente, con blanqueos de dólares, etc.
Desde el MST, estamos a fondo con que todo hijo de trabajador reciba el aporte universal e igualitario en todo el país. Pero rechazamos enérgicamente que sea discriminatorio, clientelar y sobre todo que sea pagado con los fondos de la Caja de la ANSES, sino que debe pagarse con fondos provenientes de impuestos progresivos a las grandes ganancias y fortunas y a la renta financiera.

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