Mons. Martínez, Obispo desnortado
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Desguarneció ex profeso la Catedral |
Vea debajo, el video con sus declaraciones
por Montasser al Shufie
Mons. Martínez gobierna una de las diócesis más norteñas del País; sin embargo, luego de ver el video de sus declaraciones a la prensa post ataque a su Catedral, me parece que ha perdido el Norte, si es que alguna vez lo tuvo.
No hay tiempo para comentar todos sus dichos, por eso le pedimos a nuestros lectores que nos ayuden en la tarea. Solo diremos dos o tres cosas.
El Obispo cree que ante el injusto agresor, el Evangelio manda hacer lo del avestruz, meter la cabeza bajo tierra y dejar el trasero a mano del enemigo. Y a esa situación de injusticia, la llama Paz. Sí, es la paz a cualquier precio, pero no la de Jesucristo. Máxime cuando el ofendido es Dios.
Ese Dios que está ausente de su discurso, aunque nombre hasta el cansancio a la Democracia, la Paz y la no discriminación.
Por eso, para cumplir con esta doctrina "evangélica" de la no violencia, y a pesar de que en la linda reunión que tuvo con las abortista, como él mismo dice, éstas le advirtieron que habría unas 700 mujeres violentas e inmanejables, pidió a la policía que no colocara vallas ni cordones alrededor del templo, y que no actuara para no quedar como violenta.
Cuando el Sábado estas mujeres se dirigieron "per jodere", no durante la marcha del Domingo, hacia la Plaza y empezaron a gritar que había que quemar la Catedral, el Obispo ordenó suspender la santa Misa, pero tampoco ahí cambió su decisión de desguarnecer el baluarte. ¡Criminal, simplemente criminal!
No obstante, el Domingo la policía fue, pero 15 minutos después de que llegaran las abortistas y comenzara el baile, según testigos presenciales, el párroco Alberto Barros pidió a las fuerzas del orden ¡Que se retiraran! ¡Criminal, simplemente criminal!
Hay personas del exterior que, al ver el video del ataque, preguntan si no hay justicia ni orden en la Argentina. Y muchas veces les contestamos echándole la culpa al Gobierno. ¡Aquí el culpable de lo acontecido es Mons. Avestruz! Claro que el traste que quedó expuesto no fue el suyo.
El Párroco mandó retirar la policía. |
Ahora bien, luego pidió que la Justicia actuara para castigar a los culpables, pero cuando un periodista le preguntó si iban a hacer la denuncia, dijo prácticamente que no. ¿Puede echarle la culpa a la Justicia alguien que ex profeso evitó el dispositivo de prevención que su brazo, cual es la policía, se ofreció a montar?
Mons. agradeció a los católicos de Posadas por quedarse en su casa (es decir él los desmovilizó), y a la policía por "no prestarse al juego de la violencia" es decir por no actuar. Al mismo tiempo pidió que la Justicia no deje impune este atropello que mantuvo sumergida en el miedo a la ciudad por todo el fin de semana. ¿Estará en sus cabales este hombre? ¿Por qué se queja de lo mismo que él ayudó a lograr? Es el dilema de los pacifistas, no quieren usar legítimamente la violencia para limitar o eliminar el mal, y luego se quejan cuando éste ocurre.
Felicitó al párroco, por poco no felicita a las abortistas, pero ni una palabra para los defensores que se jugaron el cuero por la honra de Dios, que este mal pastor no quiso proteger.
¡Y tuvo la osadía de decir que no sabía si eran católicos!Mons. por sus frutos los conoceréis. Por lo que Ud. hizo yo no sé si Ud. es católico; pero por lo que ellos han hecho, estoy convencido de que son la flor y nata del catolicismo en la Argentina.
¡Y tuvo la osadía de decir que no sabía si eran católicos!Mons. por sus frutos los conoceréis. Por lo que Ud. hizo yo no sé si Ud. es católico; pero por lo que ellos han hecho, estoy convencido de que son la flor y nata del catolicismo en la Argentina.
Dios lo perdone a Ud. y el Santo Padre nos lo quite pronto de encima por su bien y el nuestro.
Hasta aquí mis comentarios. Los dejo en compañía de Mons., para que luego sigan por favor con los suyos, los señores lectores de este blog.