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domingo, 19 de mayo de 2013

En declaraciones a la prensa, León Arslanian, juez que integró el tribunal que enjuicio a la Junta Militar en 1985, lamentó que Videla “haya muerto sin contar los detalles de las operaciones militares que terminaron con miles de desaparecidos y asesinados”.


Arslanian-leon

“Se llevó a la tumba secretos sobre cada una de las operaciones y el destino de las personas desaparecidas”, aseguró además el ex ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
“No me parece que se haya arrepentido, ni haya reflexionado, ni haya tomado conciencia”, y agregó “habrá reflexionado acerca de si fueron bien implementadas las acciones, pero no acerca del significado moral de las acciones”.
“Las fuerzas armadas cuando organizaron esto lo hicieron de un modo muy planificado, con ordenes operativas, con división de funciones, con roles. Y de cada acción militar que se llevaba adelante se hacían actuaciones, se dejaba constancia y por supuesto que había registros”, aseguró.
Además consideró que esos registros deben estar bien preservados y difícilmente se hayan destruido porque “lo que se creyó, por parte de ellos, es que se trataba de una gesta, de una lucha contra el mal”.
“Cada una de las operaciones, los resultados y el destino de las personas desaparecidas tiene que estar, y bueno, algún día aparecerá. Por cierto que este hombre (Videla) se llevó a la tumba el secreto”, concluyó.

sábado, 14 de abril de 2012

Videla reconoció el genocidio.



El ex dictador Jorge Rafael Videla confesó haber matado a “siete u ocho mil personas” y haber hecho desaparecer sus restos en una entrevista para un libro que saldrá a la venta este año.
En una entrevista que realizó Ceferino Reato para el libro Disposición Final, la confesión de Videla sobre los desaparecidos, el primer gobernante durante la dictadura de 1976 confesó haber matado a “siete mil u ocho mil personas” y que ordenó desaparecer sus restos “para no provocar protestas dentro y fuera del país. Cada desaparición puede ser entendida ciertamente como el enmascaramiento, el disimulo, de una muerte”.
El ex dictador justificó su decisión al decir que “no había otra solución; [los miembros de la Junta Militar] estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta. Había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia ni tampoco fusiladas”, afirmó.
Entre las personalidades desaparecidas, Videla reconoció haber ordenado el ocultamiento del cuerpo de Mario Santucho, líder del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) quien fuera abatido en un tiroteo.
“Era una persona que generaba expectativas; la aparición de ese cuerpo iba a dar lugar a homenajes, a celebraciones. Era una figura que había que opacar”, afirmó.
Según Videla, las personas cuyo secuestro y desaparición fue ordenado eran “líderes sociales” y “subversivos” que la Junta Militar consideraba “irrecuperables”.
“Pongamos que eran siete mil u ocho mil las personas que debían morir para ganar la guerra contra la subversión”, declaró el ex dictador.
“Por su preparación militar e ideológica, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) era más enemigo que Montoneros; era algo ajeno, otra cosa. Montoneros guardaba algo del nacionalismo, del catolicismo, del peronismo con el que había nacido”, señaló.
En tanto, Videla aseguró que “no hay listas con el destino final de los desaparecidos. Podría haber listas parciales, pero desprolijas. Nuestro objetivo era disciplinar a una sociedad anarquizada. Con respecto al peronismo, salir de una visión populista, demagógica; con relación a la economía, ir a una economía de mercado, liberal. Queríamos también disciplinar al sindicalismo y al capitalismo prebendario”.
“Dios sabe lo que hace, por qué lo hace y para qué lo hace. Yo acepto la voluntad de Dios. Creo que Dios nunca me soltó la mano”, finalizó.