lunes, 2 de mayo de 2016

EL VÍDEO DE BAÉZ NO ES MÁS QUE MOSTRAR DE MANERA OBSCENA LO QUE VENIMOS DENUNCIANDO HACE AÑOS.

 

  • MARGARITA STOLBIZER: EL VÍDEO DE BAÉZ NO ES MÁS QUE MOSTRAR DE MANERA OBSCENA LO QUE VENIMOS DENUNCIANDO HACE AÑOS

AUDIOS

La diputada del GEN Margarita Stolbizer consideró que "Hay un punto donde muchas de esas causas, van a tener que tener un punto de unidad que es obviamente cuando todas toquen a Cristina Kirchner" 


Stolbizer se refirió al vídeo donde se lo puede ver al hijo de Lázaro Báez contando millones, y apuntó que "no es más que mostrar de manera obscena, pero tan clara y tan explícita, lo que veníamos denunciando desde hacía muchos años".



La diputada recordó que "Nosotros hemos hablado durante años de la forma en que se adjudicaban las obras públicas con licitaciones tramposas, los sobreprecios, las facturaciones truchas, los negociados en el Banco Nación, que les daba plata, les daba créditos, les descontaba los certificados pero también les servía para lavar dinero", enumeró Stolbizer.

Veteranos de Malvinas presos sin juicio justo.







Están abandonados por las fuerzas a la que pertenecieron, por sus camaradas, por la mayoría de los Veteranos, por la familia que se dice Malvinera...
Ante esta situación... ¿Vos que pensás? ¿Los abandonamos a su suerte o actuamos como verdaderos patriotas en defensa de nuestros héroes?
Listado de Veteranos de Guerra de Malvinas, presos en diferentes cárceles del país. Muchos de ellos han sido condecorados por el Congreso Nacional, por su heroico valor en combate, y otros por haber sido heridos en su heroico accionar contra el enemigo imperial. Incluso algunos han sido reconocidos por el propio enemigo sajón, por su desempeño en la batalla y en la postguerra.
Aquí en nuestro país, se los ha encerrado sin causa justa, por el solo hecho de vestir uniforme durante la última dictadura militar.
En la mayoría de los casos han sido causas inventadas por un puñado de falsos testigos. Hasta hace pocos meses, el organismo encargado de colaborar con los arrestos y encarcelar a estos Veteranos de Guerra, estaba dirigido por la ciudadanía británica Laura Federman, más el apoyo del CELS (financiado en parte por el gobierno británico). Claramente estamos ante una persecución de Veteranos de Guerra de Malvinas, con el nefasto apoyo del gobierno nacional, cometiendo alta traición contra sus propios héroes y combatientes.
Esta situación no es nueva, lleva años. Pero ahora, hemos recibido desde varias fuentes, listas de diversos lugares de detención donde están presos muchos Veteranos de Guerra. Esto revela que la mayoría de los Veteranos de Malvinas presos, son en realidad héroes condecorados por su accionar en el campo de batalla injustamente detenidos y en su mayoría si quiera han tenido un proceso judicial que justifique el confinamiento. Ello demuestra una clara persecución.
Nuestros Veteranos de Guerra de Malvinas, no son "presos políticos" (como habitualmente se los llama a los militares detenidos por causas relacionados a la última dictadura militar), más bien son prisioneros de guerra. Porque se los persigue por haber defendido a la Patria en 1982, ya que no hay elemento de prueba alguno que amerite su detención como autores de un delito de lesa humanidad.
A modo de ejemplo, citamos los casos de:
  • Enrique Stel (Comando en Malvinas, sector radiocomunicaciones a cargo de arriesgadas operaciones, condecorado por el Congreso de la Nación). Stel ha sido imputado y automáticamente confinado en Tucumán desde hace tres años (sin juicio previo violando las garantías de la Constitución Nacional) por el mero hecho de haber estado destinado en una unidad militar durante el gobierno de María Estela Martinez de Perón cuando tenía apenas 20 años de edad.
  • Jorge Alberto Benítez (piloto de avión Pucará. El 21/05/82 fue alcanzado por un misil enemigo cerca de San Carlos, condecorado por el Congreso de la Nación). Hacia San Carlos voló entre
    las tropas británicas y logró confirmar la posición de buques de desembarco y auxiliares. Fue derribado por un misil SAM Stinger. Tras una larga marcha con su paracaídas y equipo de supervivencia Benítez regresó a la Base Aérea Cóndor solo, caminando. Como llegó en la noche del 21 de mayo y no sabía el “santo y seña” (señal de reconocimiento) de la Compania A del R.I. 12 y temiendo ser eliminado por propia tropa, cantaba a viva voz la marcha de San Lorenzo... esto alertó a los centinelas correntinos de las posiciones al norte y lo recibieron como a un HÉROE. Detenido desde el año 2012 por haber desempeñado su cargo de teniente en la Ciudad de Reconquista durante la última dictadura militar. No pesan sobre él imputaciones concretas, pero pese a ello se lo consideró un delincuente peligroso y posee prisión preventiva sin juicio previo ni condena que lo amerite.
  • Horacio Losito (herido en el famoso combate de "Top Malo House", condecorado por el Congreso de la Nación). Fue herido el 31/05/82 por una esquirla de cohete antitanque en la cabeza, que no lo detuvo y siguió combatiendo. Posteriormente recibe un tiro de fusil que le atraviesa el muslo derecho y aún así siguió de pie, hasta que cae desmayado por la gran pérdida de sangre. Fue atendido por médicos de la Fuerza enemiga, donde quedó un mes prisionero. Desde 2008 se encuentra detenido por acusarsele de participar en el asesinato de seis montoneros cuándo éstos fueron muertos en un enfrentamiento entre guerrilleros, cuando Losito era teniente. La sentencia jamás quedó firme, sin embargo se encuentra cumpliendo prisión perpetua en cárcel común. Losito se declaró inocente en juicio alegando una clara ambigüedad en el relato de los hechos y prueba que lo acusaba. Incluso los testigos que lo identificaron a él, lo describieron como a una persona totalmente opuesta a su aspecto físico (lo identificaron como bajito rubio de ojos claros); y declaró que en esa época él era un oficial subalterno sin capacidad de mando.
  • Carlos Robbio (buzo táctico que desembarcó en Malvinas el 02/04/82, condecorado por el Congreso Nacional). El 2 de noviembre de 2015 fue sacado preso, esposado de su lugar de trabajo civil en Salta, como si fuese el más peligroso de los delincuentes narcotraficantes, acusado por lesa humanidad, bajo delitos que aún no se conocen. Sin juicio previo, permanece en prisión.
  • Carlos Busser (Comandante de la Recuperación de las Islas Malvinas, Operación "Virgen del Rosario"). Preso desde 2009, fallecido bajo arresto domiciliario en 2013 a los 85 años. En este caso se lo encarceló por arrestar y sacarle información a un espía chileno en pleno litigio entre los dos países. Luego se inventó otra causa relacionada con la fuerza de tareas 2, en Bahía Blanca, donde el héroe no estaba destacado al momento de suceder los delitos que se le imputaron. Nunca hubo juicio y de los extractos de la declaración indagatoria podemos resumir que vivió un verdadero calvario, en donde los fiscales "inquisidores" se comportaron cual tribunal de Caifás. A los pocos días de fallecer el marino, lo hizo su esposa, inundada en gran tristeza. Así se trató a un estratega y magnífico ser humano, por el solo hecho de ser el responsable de la recuperación de las Islas Malvinas.
La lista es bien larga y así podríamos describir a los más de cincuenta Veteranos de Guerra de Malvinas presos o fallecidos en cautiverio. Dieron su vida por la Patria, y ella misma no solo les da la espalda, sino que los encarcela y mata como a perros.
Son prisioneros de guerra detenidos en condiciones infrahumanas. Porque se les asiste con medicamentos vencidos, no se les concede el mismo trato legal que un preso común, se violan las garantías constitucionales y en la mayoría de los casos mueren sin la debida atención médica.
Desde El Malvinense, pedimos la liberación inmediata de estos hombres que han defendido a la Patria, y que en caso de que realmente hayan tenido participación en algún delito relacionado con el último gobierno militar, tengan un juicio justo y un trato digno, cumpliéndose con todas las garantías constitucionales.
Algunos nombres que nos han llegado a la redacción, Veteranos de Guerra presos o fallecidos en dicha condición:
BENITEZ JORGE ALBERTO OFICIAL F.A.A CÁRCEL DE BOWER CORDOBA
STEL ENRIQUE OFICIAL E.A PENAL DE VILLA URQUIZA TUCUMÁN
VILLEGAS ROBERTO RICARDO OFICIAL E.A FALLECIDO EN CAUTIVERIO
ROBLES RAFAEL HIGINIO OFICIAL F.A.A COMPLEJO PENITENCIARIO SAN LUIS
ANDUJAR ALFREDO FRANCISCO OFICIAL E.A FALLECIDO EN CAUTIVERIO
CARRIZO SALVADOR CARLOS EDUARDO DEL VALLE OFICIAL E.A PENAL DE CAPAYÁN CATAMARCA
NICOLÁS ALFONZO EDUARDO OFICIAL A.R.A
PALAVEZZATI ANSELMO PEDRO OFICIAL E.A
VERA PABLO RAÚL SUBOFICIAL F.A.A
CASTRO LUCAS MARCELO OFICIAL E.A
DOMINGUEZ MATHEU GUILLERMO ALBERTO AMADO OFICIAL E.A
HIDALGO GARZÓN CARLOS DEL SEÑOR OFICIAL E.A
KISHIMOTO ERNESTO HUGO OFICIAL E.A
PLA CARLOS ESTEBAN OFICIAL E.A
MENÉNDEZ MARIO BENJAMÍN OFICIAL E.A FALLECIDO EN CAUTIVERIO
ROLÓN JUAN CARLOS OFICIAL A.R.A
ROBELO DANIEL EDUARDO OFICIAL A.RA.
REYES RICARDO GUILLERMO OFICIAL E.A
NAVARRO LUIS AMBROSIO OFICIAL A.R.A
MOREIRA APISTEGUI ARISTÓBULO NICANOR OFICIAL A.R.A
LOSITO HORACIO OFICIAL E.A
LÓPEZ JORGE ALBERTO OFICIAL F.A.A
DI PAOLA FRANCISCO ARMANDO OFICIAL A.R.A
CIONCHI RODOLFO OSCAR OFICIAL A.R.A
CAMICHA JUAN CARLOS SUBOFICIAL E.A
BETTOLLI TADEO JOSÉ LUIS OFICIAL E.A
BARREIRO RAFAEL JULIO MANUEL OFICIAL E.A
ANDRÉS RAÚL ESTEBAN OFICIAL E.A
BOTTO GUILLERMO FELIX OFICIAL ARA. FALLECIDO EN CAUTIVERIO
MACEDRA CARLOS TOMAS OFICIAL E.A
MEGIAS MIGUEL NICOLAS OFICIAL E.A

¡LIBERTAD A NUESTROS HÉROES DE MALVINAS!

domingo, 1 de mayo de 2016

MACRISMO Y EL FUTURO.


 Por Ezequiel Gatto “El discurso del macrismo no es el de la tecnocracia tradicional sino el de la nuevas tecnologías digitales, de la comunicación y la información, las del capitalismo afectivo”. Uno de los ejes discursivos que el macrismo/duranbarbismo supo disponer con éxito y que, a mi entender, acabó siendo decisivo en las elecciones presidenciales de 2015 fue el manejo de las temporalidades históricas. En su propio nombre (Pro) que indica en latín aquello que “tiende a algo en el futuro, que se mueve hacia adelante”, en la invitación inscripta en “Cambiemos”, la alianza gobernante se configuró desplegada hacia el futuro y no aludiendo a rasgos propios adquiridos (lo Radical de la Unión Cívica; la definición de peronista, etc). Respecto a los adversarios electorales, dicha estrategia fue utilizada en un sentido que, cuando funciona, es altamente eficaz en la desestructuración del rival político: la condena del otro por “ser parte pasado”. Una y otra vez el macrismo refiere y refirió a no atarse a “recetas del pasado”, a superar las “formas de la política del s. XX” y, en palabras que pueden leerse en el portal de Presidencia de la Nación a la necesidad de “tener un estado del s.XXI”. Quizá la última estrella, ya en tiempos de gestión y no de campaña electoral, de esa estrategia de temporalización política sea la de haber nombrado como “pesada herencia” los doce años de gobierno kirchnerista. El pesado pasado. Gracias a esos recursos el macrismo logró algo que también el kirchnerismo, en sus primeros años, supo construir con mucha eficacia: presentarse como una novedad. Y para esa presentación es forzoso destinar el casillero del pasado al otro. En ese sentido, el macrismo como discurso tuvo un éxito relativo en convertir al kirchnerismo en un anacronismo, en una existencia sin derecho, una excrecencia temporal. Éxito porque lo desplazó del gobierno; y relativo porque la impresión es que el kirchnerismo, aunque aún no esté claro cómo, será un monto de energía, discursos y símbolos que no se esfumará sino que insistirá en la configuración política de aquello que se enfrente al macrismo. Como sea, el macrismo está obsesionado con el futuro. Invoca el sustantivo con tanta frecuencia que ya parece una adicción. Con seguridad porque no tiene mucho pasado propio para ostentar (y porque ese territorio está destinado a la ya mencionada “pesada herencia”, algo así como la Tierra con Mal) y porque sus medidas, actualísimas, presentes, no le permiten enunciarse en términos demasiado auspiciosos. Cuanto mucho, parafraseando a Scott Fiztgerald, podrían decir que “el presente es una empresa de demolición”. Sin embargo, parece haber más cosas en ese futuro que un simple eludir los otros tiempos sociales. Fragmentos de proyectos, futuros deseables, utopías de gerentes. No por nada una de las primeras medidas de gobierno, deudora de ese discurso, fue instituir el Ministerio de Modernización (una expresión que en sí misma invoca una relación con el futuro), punta de lanza (y patovica) de la estrategia de reorganización nacional que ya lleva producidas decenas de miles despidos. En el sitio web del nuevo Ministerio se lee una promesa: “El Estado al servicio de la gente. Un Estado inteligente con servidores públicos capacitados para brindarle más y mejores servicios a los ciudadanos. Esto es el Siglo XXI y en eso trabajaremos día y noche”. Como puede verse, allí aparece la idea del anacronismo nuevamente. Argentina habría sido un país desfasado en el tiempo, un país atrasado respecto a un reloj mundial que, en algún sitio (¿dónde?) daría la hora exacta, la hora verdadera, la hora de la absoluta contemporaneidad. El aspecto interesante en términos de futuridad es que no se trata tanto de un futuro que no se conoce sino de un presente en otro sitio (allí donde sí, efectivamente, vivirían en el s.XXI) que debería convertirse en el presente aquí. “El modelo es India”, dijo Michetti que dice Macri, que también le declaró su amor a Obama. Como los teléfonos y las aplicaciones, el problema del futuro, para el macrismo, es un problema de actualización. De los tecnócratas a los cibernéticos Muchos se ríen de Macri cuando habla -es decir, divulga- tecnología, de valijas que sirven para dialogar, de médicos-robots. Algunos recuerdan a Menem y su cohete estratoférico a Japón. Yo, en cambio, lo escucho, o le creo, hasta preocuparme. Le creo a Macri porque, a diferencia de la vieja derecha, conservadora/tradicionalista/ castrense, esta nueva expresión, educada en universidades privadas mucho más que en iglesias y cuarteles, y en el extranjero mucho más que cualquier otro sector social argentino hasta hoy, tiene una esperanza y una estrategia en la que la innovación tecnológica es una pieza fundamental de sus imaginarios de futuro. Y no es la carrera, o mejor el trote rezagado, espacial del menemismo: eso era casi un epílogo a los sueños de la Guerra Fría. La fe presente en la tecnología, que un libro reciente ha bautizado como “el solucionismo tecnológico”. En esta línea hay que leer al jefe de Gabinete Marcos Peña, cuando asegura que “el tema central no es la discusión sobre si es un Estado más grande o más chico, sino que funcione, brinde respuestas, que vaya mejorando acorde a las posibilidades de la tecnología tanto a nivel nacional, como en las provincias y los municipios”. Peña no está “mintiendo”. Para él, como para cualquier derivación del pensamiento gerencial, que las cosas funcionen quiere decir que respondan (vale aclarar, a preguntas que por lo general se decantan en “sí/no” o en “aquí/allá”) y que esa respuesta se vehiculice tecnológicamente. El Estado eficiente, el estado soñado por esta gente, es un Estado que no está para ser motivo de conflictos, botín de discusiones y tensiones políticas. En este pasaje, no deberíamos minusvalorar el desplazamiento, en lo simbólico, de un Poder ejecutivo argentino encarnado, en sus momentos democráticos, casi exclusivamente por abogados (con la salvedad del radical Arturo Illia, quien era médico) a un ingeniero, mucho más preocupado por los procesos y su eficacia, por los flujos y su control que por los agentes concretos que participan de dichos procesos y, sobre todo, por la dimensión discursiva de la polémica o, al menos, la consideración terapeútica de la enfermedad y la cura. Afín, pero diverso, a las tradiciones militares, el ingeniero se inclina por las órdenes claras y la obediencia, por la eficiencia. En otros términos, el Estado es un estado tecnológico-administrativo que debe responder eficazmente. Si las viejas fuerzas tenían “programas de Estado”, el macrismo concibe al “Estado como un programa” al modo en que los cibernéticos y las ciencias de la información han venido haciendo desde, al menos, los años setentas. En definitiva, eso dicen cuando dicen, como el ministro de Modernización Andrés Ibarra, que “estamos en el s. XXI”: que ha llegado el turno del gobierno de los gerenciadores cibernetizados. Pareciera extraño, porque las campañas del macrismo son “emotivistas e individualizadas”, algo que en principio pareciera contra la idea que se tiene de un gobierno de las tecnologías. Sin embargo, esa es la gran diferencia con las tecnocracias tradicionales (vale decir, las que se forjaron en condiciones de la segunda revolución industrial, hecha de automotrices, metalurgia y desarrollo tecnológico y que se inscribieron en las grandes organizaciones del trabajo, esas empresas elefantíasicas). Ahí también se inscribe la distancia entre el neoliberalismo menemista, todavía apegado a la “frialdad” de las tecnologías espaciales, y el neo-neoliberalismo macrista, cuya punta de lanza está en la proximidad que brindan las redes sociales como protocolo comunicativo “cálido” y de regulación social. El discurso del macrismo no es el de la tecnocracia tradicional sino el de la nuevas tecnologías digitales, de la comunicación y la información, las del capitalismo afectivo. El filósofo argentino Gustavo Varela ha dicho recientemente que, en el horizonte del macrismo, está convertir al gobierno en una aplicación. Podemos ver con sorna el recurso a gurúes orientales y retóricas del entusiasmo propio de un pastor evangelista. Sin embargo, allí están, son eficaces y dan cuenta de una idea que incorpora a las técnicas de gobierno las hipótesis de la regulación ya no piramidal sino reticular de las poblaciones. No es casual que esos discursos, por así decir, vitalistas, que invocan la paz y los ritmos de la naturaleza, aparezcan en este preciso instante como recursos políticos. Lograr reproducir la lógica de la vida a partir de matrices tecnológicas en la gran ilusión de la avanzada cibernética: duplicar para gobernar. Desde una célula a los datos biométricos, todo tiene que ver con todo. La incorporación reciente de un “gerente de felicidad” consuma un proceso que comenzó en Califronia, allá por los años sesentas, por el cual la figura del empresario y la del guía espiritual se han ido acercando hasta fusionarse y que se continuó en el descubrimiento publicitario de que vender no tenía que limitarse a ofrecer un producto enumerando sus características y las razones por las cuales debía ser adquirido sino que bien podía ampliarse a la estructuración de una experiencia subjetiva, que resaltara emociones y encuentros con otros. Cuando el capitalismo comprendió que consumir era algo que se hacía individualmente pero que requería condiciones colectivas, toda su infraestructura (empresarial, organizativa y discursiva) se modificó irreversiblemente. Hoy ese discurso, que nos acompaña hace décadas desde televisores, radios, computadores, paradas de subte y vía pública, ha logrado poner a su primer presidente. Un capitalismo sin humanos Porque, hay que aceptarlo, los ricos, además de no pedir permiso, también tienen utopías. El sueño del capitalismo de gerentes cibernéticos es el de un fluir sin roces, sin obstáculos de ningún tipo. Que los procesos coincidan con la información, que la información sea puro valor. En ese sentido, los humanos son un problema para este capitalismo de costo cero. Por eso, mucho más que con explotarlo, el capital sueña con desprenderse del trabajo. Esa es su utopía; lo explota porque no puede desprenderse. Cuando Macri y su troupe habla de crear “trabajo genuino” lo que está diciendo es que se trata de generar condiciones para que el trabajo sea al menor costo posible. La genuinidad se alcanza en el momento en que los procesos de valorización del capital se liberan finalmente de las tensiones. Por eso Macri invoca al médico-robot, cúspide de los imaginarios de eficacia y esclavitud automatizada, y a las valijas para dialogar, objetivación de una comunicación sin malentendidos ni disidencias. Cuando Macri divulga los beneficios de la Inteligencia Artificial no lo hace sólo en términos de “una tecnología al servicio de la gente” sino de una tecnología que logre dar el último salto hacia la liberación final del capitalismo respecto al trabajo humano. Reírse en este punto de Macri, considerarlo un idiota soñador, es perder de vista que para él y los suyos la inteligencia artificial, la automatización, la minimización de la presencia humana responden a la fantasía empresarial de que controlar privadamente las máquinas permitiría, por fin, olvidarse del trabajo. El famoso desempleo tecnológico del que habló Jeremy Rifkin a principios de los noventas sería el primer paso (o el segundo) en un camino que debería desembocar en el empleo poshumano. Desde el punto de vista del trabajo, el gerente quiere convertir a la humanidad toda en una masa de supernumerarios, algo que la literatura ciberpunk vio con maestría a principios de los años ochentas, cuando desarrolló una narrativa que vinculaba grandes empresas y vidas lujosas en un entorno social signado por la supervivencia de las mayorías ligada a las más diversas actividades criminales o marginales. Tal como afirman Fred Moten y Stephano Harney en su reciente libro “Undercommons”, el gerente duerme sobre un colchón financiero desde el que sueña un mundo puro, es decir, de logística sin humanos. Porque ser gerente es asumir esa tarea de maquinización, ya no industrial sino digital (y, rpo ende, a la velocidad de la luz), de desmonte y alisado. Como en las tierras destinadas a la soja. O, en términos laborales, de adelgazamiento, de eliminación de grasas, de reducción al mínimo del costo laboral. El pensamiento gerencial devenido política de gobierno, configura un capítulo más, pero extremo, de la disputa entre someter la administración de las cosas a la riqueza de la vida y reducir la riqueza de la vida a la administración de las cosas. El futuro tiene que ser de la pura logística. ¿Qué se imaginan estos tipos? Supongamos, por un instante, que aciertan el pleno. Supongamos que Macri mira el país y se parece un poquito más al de sus sueños. ¿Qué sería ese país? ¿Qué imágenes de futuro maneja el macrismo, además del propio enriquecimiento? O, mejor dicho, ¿qué mundo futuro proyectan estos ricos de hoy, fascinados por las tecnologías de la información, la comunicación y la vida? El 22 de noviembre, con la victoria ya consumada, Macri arremetió con su primer discurso como presidente. Fue, como tantos otros, sencillo, simplista y emotivo. Para quienes nos oponemos a sus políticas y los modos de vivir que encarna y propone, suele ser un espanto de la retórica política. Para millones que lo votaron, es un motor de producción fantástica, de invitación a aventuras livianas, de tranquilidad y alegría. En fin, nada que una publicidad comercial no encierre en sí misma. Nadie puede oponerse a expresiones tan abstractas como libertad, alegría, justicia. Su vaguedad está pensada (y esto, remarquemos, no es privativo del macrismo) para poder ser apropiadas fácil, placentera e individualmente. Sin embargo, nadie escapa de las condiciones y determinaciones. Es sólo cuestión de mirar la trama y no el dibujo. Esa noche, casi al comienzo del discurso, Macri produjo una imagen muy significativa, a la que jamás había recurrido antes. Luego de decir "Quiero agradecer en nombre de todos los argentinos a mi secretaria Anita que era la secretaria de mi madre y me cuida desde los 5 años", Ana Moschini, jubilada que todavía trabaja para Macri, subió al escenario y fue abrazada y besada por el presidente electo. Relatada por el niño bien, convocada por él, besada y despedida, esa señora atenta, servicial, eficaz y cariñosa que había acompañado a Alicia Blanco Villegas, la madre de Mauricio, durante años y que se había dedicado a cuidar al pequeño Macri parecía encarnar el mundo ideal de Macri. Un mundo donde los subordinados amen a los jefes, les presten servicios y sepan retirarse de la escena sin hacer mucha alharaca. Un mundo que tiene ribetes del orden paternalista rural, de complicidades personales y sólidas diferencias de clase, que gobernó estas tierras hasta 1916, justo cuando los subordinados dejaron de amar a los jefes y de retirarse a tiempo de las escenas. Pero el macrismo, salvo en esa evocación, casi inspiradora, no es un tradicionalismo. No es nostálgico ni conservador. Su futuro no está en el pasado. No puede cantar “vamos a volver”, aunque no sean pocos los que estén volviendo. Está en lo que el propio Macri, en sus arrebatos de lo que Armand Matelart llama profetismo empresarial, define como “Desarrollismo del s. XXI”, buscando diferenciarse, así, de un desarrollismo clásico y del neodesarrollismo, una categoría que, al menos durante unos años, le fue imputada al kirchnerismo. Es decir, llegada de inversiones extranjeras, que permitan la introducción de ”las tecnologías más avanzadas del momento” y la conformación de una “red de proveedores locales” en sectores que no han formado parte de la matriz industrial del s.XX (automóviles, química, plásticos) sino que van a ciencia aplicada, biotecnologías, agronegocios y polo tecnológico. Al respecto, Eduardo Basualdo afirma que “no hay representación de firmas industriales extranjeras, lo que preanuncia la profundización de la “reprimarización” de la economía”. Es una tendencia que se ve reforzada por el informe que Basualdo y su grupo publicaron a mediados de febrero de este año, según el cual la mayoría de las cámaras empresariales que tienen representaciones en el gobierno están ligadas a la producción agropecuaria y los agronegocios. En definitiva: un modelo que, intensificando rasgos ya presentes, bien podría definirse como agroexportador tecnologizado, de “gauchos con bombachas que manejan drones” (Macri dixit), donde se radicalicen las matrices que, en palabras del empresario Gustavo Grobocopatel, lleven a “la gestión de la producción a replicar las lógicas de la vida”. Poner la vida a producir, pero ya no sólo ni principalmente la vida social (esa vida en segunda instancia) sino la vida en su sentido biológico más directo. La utopía del macrismo es la del encuentro entre una técnica cibernética y un territorio biotecnologizado. Al respecto, Héctor Huergo, director de Clarín Rural parece haber precisado los contornos de tal sueño cuando dijo: “no me parece que el futuro de la Argentina pase por una expansión prusiana de la frontera agrícola, porque igual ese crecimiento se va a acabar, es limitado. Yo creo en la tecnología y la tecnología es poner pisos, escalonar, acercarse a la productividad, y con la pampa húmeda tenemos mucho y muy divertido para hacer (…)”. Ese parece ser el “supermercado del mundo” (no el granero, porque elabora alimentos más allá de los granos y porque incorporaría cadenas de valor) que se propone vender alimentos a escala mundial. Para eso, como buen supermercado, necesita destruir las condiciones laborales mínimamente consolidadas para dar paso a un mercado de trabajo que tienda a la absoluta informalidad y a la multiplicación de figuras contractuales cada vez más beneficiosas para la apropiación capitalista de lo producido. Gerentes, elaboradores, cajeros y repositores, todo gobernado con esa mezcla de retórica de la fiesta y prácticas terrorista, que tanto se han visto en los call centers, esos espacios paradigmáticos, incluso fundacionales, de una economía digital donde las operaciones de control sobre la fuerza de trabajo son llevadas a grados tales que producen cuadros psicopatológicos severos. Justo de allí, en ese campo-supermercado-call center, brotan los medios para cumplir el sueño de la Argentina potencia que soñaron los Padres de la Fundación (...Libertad). Al “dejar pasar, dejar hacer” se sumó, desde hace unas décadas, el “dejar caer”. “El neoliberalismo, como toda religión, suele prometer a sus fieles un futuro social promisorio si se aplican sus recomendaciones de liberalización del mercado. La ‘teoría del derrame’ pregona ante las mayorías populares que el escandaloso enriquecimiento de una minoría social es la condición necesaria para agrandar y mejorar la torta de la riqueza nacional”, explica el economista Andres Asiain. Y, de nuevo Huergo, el director de Clarín Rural que fue trotskista de juventud, lo subraya con pasión y sin titubeos: “que no redistribuya el Estado a través de los impuestos, ya que la mejor redistribución (aunque intelectualmente nos pueda gustar otra cosa) es el desarrollo hacia el lujo. Es inclusiva “. Inclusión sin igualdad, sin atisbo alguno de igualdad, parece ser el mejor de los mundos posibles del neoliberalismo. Para ser más precisos: Inclusión con desigualdad. Porque, a diferencia incluso del primer liberalismo, para el cual la promesa del progreso económico debía desembocar en una mejora de las oportunidades para todos los individuos, la utopía material de este neo-neoliberalismo libertario es el de un desnivel crónico de la desigualdad, la consolidación del lujo como condición para la redistribución es otro modo de proponer el derrame. En otros términos, un golpe de mano que vendría a afirmar que si los ricos no piden permiso es porque los ricos son el sujeto de la historia. La teoría del derrame tiene dos características: una, garantizar en el presente la concentración de recursos económicos a través de transferencias de ingresos desde sectores asalariados o autónomos hacia sectores propietarios; segundo, suponer, o afirmar públicamente, que la tendencia natural de esa concentración será revertirse luego en inversiones productivas. El futuro de la concentración actual sería el desarrollo económico. Este axioma supone varias cosas, pero sobre todo, 1) que los beneficiarios directos e indirectos de esa concentración invertirán en actividades productivas y no, por ejemplo, en operaciones financieras de gran porte a escala global. Es decir, que el derrame tiene efectos productivos y no especulativos; y 2) que para que la economía funcione es inevitable que una casta de privilegiados se mantenga inamovible en su punta. En eso estamos: en un proceso de acumulación originaria, casi como el que Marx situó en los inicios del capitalismo (y que para el pensador Sandro Mezzadra no cesa de repetirse, una y otra vez), por el cual se produjo una expropiación de sectores campesinos a manos de agentes burgueses que desembocó en la proletarización de aquellos, disponibles desde entonces como mano de obra asalariada. Desde el punto de vista del macrismo, en eso estamos: en la producción de una elite de millonarios desde la cual, gracias a sus consumos, se propicie e incentive la producción laboral. Un mercado interno que funcione como Anita, aquella nana de Mauricio. Y eso hasta que Anita pueda ser reemplazada por un robot.
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Corporatocracia: ¿Que pasa entre el Gobierno y Monsanto? Ley Monsanto de Semillas.



El Ministerio de Agroindustria dialoga o discute con Monsanto como si la corporación fuera parte del gobierno y no una simple empresa extranjera que no quiere respetar las leyes. Ahora anuncian que "creen estar cerca de llegar a un acuerdo con Monsanto".

La corporación que no es penalizada por genocidio e intoxicación masivatiene el tupé de poner condiciones, y el gobierno y la Justicia Argentina acatan, discuten y "tratan de llegar a un acuerdo". Mientras Sergio Bergman y el Ministerio de Salud no existen.

Argentina no es "grande gracias al campo"Argentina es grande gracias al General Don José de San Martín. Por culpa de muchos productores criminales nuestro país pasó de ser el granero del mundo al basurero tóxico planetario. Argentina es zona de desastre, como Japón tras Fukushima Daiichi, Chernobyl  o Ecuador después del terremoto. Al mejor estilo Vietnam, todavía nos rocían con Agente Naranja.

Algunas naciones se apiadan de nuestro país, otras directamente se ríen. Corporaciones como Monsanto sólo pueden destruir "repúblicas bananeras" como la nuestra. Así que el gobierno pone en riesgo su imagen tratando de parar la inflación, pagando a los holdouts, y tratando de paliar la crisis financiera, ¿pero no se anima a poner limites a Monsanto? Si "el fin justifica los medios" ¿Teme más el gobierno ir contra  las finanzas de una corporación extranjera que contra las finanzas y Salud de su pueblo?

En Argentina se rocían 300 millones de litros de agrotóxicos probadamente perjudiciales para la salud de humanos, plantas y animales, sobre 20 millones de hectáreas12 millones de personas son fumigadas con glifosato, DDT y Agente Naranja (los dos últimos venenos están prohibidos, los siguen utilizando, alguien los fabrica y nadie va preso). Esto sólo ocurre en Argentina. Este desastre no tiene lugar en ningún otro país del mundo.

¿Cuales son las prioridades del Gobierno? 40 millones de personas consumen alimentos con pesticidas y otros químicos que dañan la salud. Los supermercados rebalsan de transgénicos (no admitidos en Europa) y otras basuras, Las tasas de cáncer, malformaciones, abortos, ACV, infertilidad, diabetes, autismo, hipotiroidismo, alergias y problemas respiratorios siguen aumentando. La expectativa de vida de los argentinos es más corta cada día que pasa.Monsanto contamina la tierra, el agua y el aire.

Nadie va preso, nadie es condenado

Y mientras tanto promocionan vacunas que destruyen el sistema inmune dejando a los consumidores aún más indefensos ante la intoxicación permanente. ¿Que ejemplo de "acabar con la corrupción" está dando Cambiemos? ¿Perseguir rateros y ladrones del Kircherismo? ¿Los pacientes de cáncer o ACV se van a curar si Cristina va presa? 

Por supuesto, se entiende que recién empiezan, 4 meses de gobierno es muy poco tiempo, pero mientras la masacre continúa Santilli permite a Monsanto hacer experimentos en los colegios de la ciudad de Buenos Aires.  Lo cual no parece un buen indicio ni una tendencia afortunada. ¿Acaso las autoridades realmente creen las mentiras de Monsanto y la Industria farmacéutica? ¿Hay ingenuidad? ¿Reciben los funcionarios politicos una "pastilla" especial que los protege de la fumigación?

        "Según confió una alta fuente de esa cartera, el lunes se buscará en una reunión con las bolsas de cereales, acopiadores, exportadores y la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), donde tiene un asiento Monsanto, ponerle fin a la pelea. La empresa impuso en los contratos de granos una cláusula para que en los puertos se analice la soja de los productores y se les retenga un canon si no le habían pagado por su tecnología", dice Diario La Nación.

La Nación, Clarín, Perfil, Pagina 12 y todos los demás también ocultan permanentemente que los argentinos tienen químicos tóxicos de Monsanto en la sangre y la orina. Sus periodistas tienen familiares con cáncer y otros trastornos ocasionados por los transgénicos pero siguen en silencio. ¿Cual es la mecánica de pensamiento de estos "comunicadores"? ¿Creen que el dinero o la fama los inmunizará contra el glifosato? ¿A quien van a culpar cuando los internen en un hospital?

       "Ese sistema generó el rechazo de las entidades gremiales del agro y el Gobierno lo frenó con la resolución 140 de Agroindustria. Además, determinó que cualquier método debe ser validado por Agroindustria. "Podremos encontrar una solución al conflicto actual y trabajar para el futuro en un mercado de semillas transparente", se entusiasmó la fuente oficial.", continúa La Nación. "Vamos a asegurar el libre comercio de granos", agregó en referencia a la cláusula actual.

       La Nación que aveces publica editoriales redactados por Monsanto al igual que Clarín añade que "pudo averiguar que se están negociando de cara al lunes dos alternativas. Si se detecta la tecnología de Monsanto y el productor se resiste a pagar, ya no habrá un descuento compulsivo y se habilitará la posibilidad de que las partes litiguen en las cámaras arbitrales o en la Justicia. "Se está buscando darle un marco legal a esto", agregó otra fuente, que indicó que se mantendrán los análisis en el grano y que la cláusula actual en los contratos de granos se reemplazará por otra donde el productor solo expresará la voluntad de eventualmente instalar una disputa en las cámaras arbitrales o la Justicia. En la empresa no confirmaron a LA NACION su conformidad con el acuerdo, pero fuentes que participan de la negociación dijeron que lo ven con buenos ojos".

      "Este arreglo cuenta con el guiño de la cadena comercial y se abrió una ronda de contactos con las entidades gremiales para conocer su opinión",

       "En los últimos días, las negociaciones escalaron al más alto nivel entre Monsanto y el Gobierno. Luego de haber llegado en un vuelo privado desde los Estados Unidos, el presidente mundial de Monsanto, Brett Begemann, está semana aterrizó Jesús Madrazo, líder del área de compromiso corporativo de la empresa. Es el hombre designado en 2013 para buscar mejorar la imagen de la empresa en el mundo en medio de fuertes cuestionamientos de organizaciones ambientalistas".

1 - Llamar "ambientalistas" a biólogos moleculares de todo el planeta, laboratorios y médicos, es peyorativo, y se utiliza para denigrar la verdad desde las corporaciones.
2 - Lo que Monsanto entiende por "mejorar la imagen de la empresa" es asesinar periodistas, extorsionar funcionarios, ordenar allanamientos mediante organizaciones mundiales bajo control de sus propietarios y cosas mucho peores.

      "Madrazo estuvo en el despacho del ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, y también lo hizo allí con un hombre clave de Mauricio Macri: Gustavo Lopetegui, coordinador económico de la Jefatura de Gabinete", dice La Nación para llevar tranquilidad a Mosnanto y defecarse en los consumidores y pacientes con enfermedades que ocasionan los pesticidas.

      Pese a la dureza que mostró Buryaile hace unos días, cuando declaró en directa alusión a la empresa que no se le podía "poner una pistola en la cabeza al Gobierno" a cuatro meses de haber asumido, lo cierto es que las negociaciones nunca se cortaron.

      Monsanto planteó siempre que quiere cobrarle al que no lo hizo pero usó su tecnología. Agroindustria se opuso a la inclusión de facto de la cláusula en los contratos y buscó con la negociación un paraguas para que la firma desista. Además,el Gobierno ofreció una nueva ley de semillas, más controles sobre el comercio ilegal.

En otras palabras, el Gobierno se apresta a aprobar la Ley de Semillas de Monsanto...

Martín Gracia
BWN Argentina

El gobierno debería frenar el aumento del precio de los combustibles.

Hoy se anuncia que a partir de mañana la nafta y los demás combustibles líquidos aumentarán un 10 %. Esto es un despropósito. Los combustibles tienen precios en Argentina mucho más altos que los que se pagan, por ejemplo, en los Estados Unidos. Yo estoy en Washington y acabo de cargar nafta súper a menos de 3 dólares el galón, lo que significa menos de 80 centavos de dólar por litro. A 17 pesos por litro en Argentina el precio es de 1,2 dólares, es decir, un 50 % más caro.
Mientras la electricidad, el gas natural y el transporte urbano siguen estando a precios muy por debajo de los internacionales, es un contrasentido que el gobierno, por su intervención en el mercado del crudo, permita que los precios de los combustibles sean un 50% más caro que en el exterior. Esto, para una economía con geografía extendida como la nuestra, es mortal.
Una buena política de intervención en el mercado de combustibles, mientras no lo dejen operar como un mercado libre sin restricciones para el comercio exterior como el que existía en los 90s, sería obligar a las empresas a mantener congelados los precios hasta que el precio del petróleo crudo en Argentina quede al mismo nivel que en el mercado internacional. Hoy está a 70 dólares el barril en nuestro país y a levemente por arriba de 40 en el exterior.
La incidencia en el costo de la vida de los combustibles es equivalente a las del gas, la electricidad y el transporte urbano. De manera que un congelamiento de los precios de los combustibles podría permitir que terminen de ajustarse gradualmente los precios de la electricidad, el gas y el transporte hasta terminar de eliminar los subsidios a las empresas prestadoras sin que el impacto sobre el índice de inflación sea mayor al que hoy producen los aumentos en los combustibles.
   
Posted: 30 Apr 2016 09:59 AM PDT
El Banco Central tiene muy buenas intenciones en materia de inflación, pero no dispone aun de las herramientas adecuadas para lograr las metas que se propone. Paso a explicar las razones.
En primer lugar, porque una tasa de interés pagada por el Banco Central para conseguir fondos del mercado financiero a 30 días no influye sobre la tasa de inflación esperada por los agentes económicos como lo haría una tasa de interés determinada por el mercado de letras y bonos del Tesoro en la que pueden comprar y vender libremente todos los agentes económicos, no mayoritariamente los bancos.
El peligro de que el Banco Central absorba fondos de los bancos ofreciendo una tasa de interés elevada, es que el mercado puede tomarla como un indicador del ritmo de emisión futuro al que el Banco Central se verá obligado a emitir pesos si es que el mercado bancario se torna muy ilíquido y demanda una tasa insoportablemente alta para la economía o rechaza lisa y llanamente comprar LEBACs. En ese caso el Banco Central está obligado a emitir tantos pesos como LEBACs no pueda colocar.
Este peligro desaparece si el Banco Central, en lugar de absorber fondos con LEBACs, lo hiciera vendiendo, en el mercado secundario, letras o bonos del Tesoro que tenga en su activo. Por eso, para cuando el Banco Central comience a aplicar una política monetaria de metas de inflación (algo que Federico Sturzzenegger dijo que ocurrirá a partir de septiembre próximo), es importante que el Banco Central haya conseguido canjear un monto adicional de Letras intransferibles en dólares por una cantidad equivalente de letras y bonos a emitir por el Tesoro bajo ley argentina, en exactamente las mismas condiciones de plazo y moneda que los que hoy existen en el mercado. De esa forma el Banco Central podrá determinar la tasa de interés o al menos influir no sólo sobre la tasa de letras a 30 días, sino toda la estructura temporal de tasas de interés, tanto en pesos como en dólares.
La tasa de interés de las letras del tesoro a 30 días y toda la estructura resultante de la operatoria del mercado influido por las operaciones de compra y venta de letras y bonos por el Banco Central puede influir sobre la tasa esperada de inflación. Pero aún así, lo hará recién cuando la tasa mensual de inflación sea suficientemente baja. Por simplicidad me atrevo a decir, menor al 1 % mensual. Con una tasa de inflación inferior al 1 % mensual es posible que se expanda el mercado crediticio, tanto como consecuencia de demanda de las familias para bienes de consumo durable y viviendas como de las empresas para capital de trabajo e inversión. Si la tasa de inflación es más alta e incierta, el mercado crediticio se contrae mucho, tanto por decisión de los tomadores de crédito como de los bancos. Eso es lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo hasta ahora.
Hay una segunda razón por la que el Banco Central no tiene aún las herramientas para perseguir efectivamente metas de inflación bajas. La segunda razón es que la tasa de interés a 30 días, peor si es la de LEBACs pero incluso si fuera la de letras del Tesoro en el mercado secundario, cuando la tasa de inflación es superior sal 1% mensual, sólo influye sobre la tasa de inflación a través del tipo de cambio. Es decir, para que baje la inflación tiene que bajar antes y mucho más intensamente, el tipo de cambio nominal. Es decir, el mecanismo de trasmisión de la política monetaria hacia la inflación no es el crédito bancario sino el precio del dólar.
Los razonamientos que hizo Federico Sturzzenegger en su conferencia de prensa sólo son válidos en una economía donde el crédito bancario, tanto para familias como para empresas, es una proporción significativa del PBI y donde variaciones en el tipo de cambio nominal tienen poca influencia sobre los precios. En la economía argentina actual, ocurre todo lo contrario. El crédito bancario es una proporción casi irrelevante del PBI y puede transformarse rápidamente en créditos morosos o incobrables, y los precios son muy sensibles al tipo de cambio. Por otro lado, el tipo de cambio es muy sensible a la tasa de interés de LEBACs, mucho más que lo es la tasa de inflación. Esta última sólo reacciona como respuesta a un movimiento previo mucho mayor del tipo de cambio.
Federico Sturzzenegger explicó que prefiere un sistema de flotación en lugar de un tipo de cambio fijo, argumentando que el segundo siempre conduce a sobrevaluación de la moneda y ésto es peligroso. Pero con la economía argentina funcionando como lo hace ahora, se puede dar la paradoja que al estar tratando de frenar la inflación con altas tasas de LEBACs, la sobrevaluación de la moneda no se produzca por fijación del tipo de cambio sino por el efecto de la tasa de LEBACs sobre el precio de dólar.
La sobrevaluación inducida por la política monetaria puede resultar más peligrosa que la inducida por el tipo de cambio fijo. La razón es que el efecto devaluación repentina puede darse mucho antes y con mayor intensidad si el Banco Central se ve obligado a relajar su política monetaria por resistencia de los bancos a seguir comprando LEBACs. Además es ampliamente conocido que la fijación del tipo de cambio influye sobre la tasa esperada de inflación en forma mucho más directa que el manejo de cualquier tasa de interés.
Mi sugerencia no es reemplazar como objetivo una política de metas de inflación con tipo de cambio flotante por un sistema de tipo de cambio fijo. Mi sugerencia es que hasta tanto se creen las condiciones para el funcionamiento normal de un sistema de metas de inflación con manejo de la tasa de interés en operaciones de mercado abierto, esto es, que se haya expandido bastante el mercado crediticio y ya el Banco Central haya podido reemplazar la absorción por LEBACs por colocaciones de letras y bonos del Tesoro de su cartera, el Banco Central tome al tipo de cambio como indicador de la política monetaria y lo estabilice alrededor de 16 pesos por dólar en lugar de mantenerlo sumergido en 14.50 en base a altas tasas de LEBACs. Cuando la estabilización del tipo de cambio y las demás medidas acompañantes necesarias para bajar la tasa de inflación a menos del 1% mensual hayan dado resultado, la transición hacia el esquema de política monetaria enderezado a metas de inflación con flotación limpia del tipo de cambio que anunció Sturzzenegger no sólo será posible sino deseable y, creo yo, muy efectivo.
Esta forma de conducir la política monetaria está explicada en detalle en mi libro ¨Camino a la Estabilidad¨.

El gobierno debería frenar el aumento del precio de los combustibles.

Hoy se anuncia que a partir de mañana la nafta y los demás combustibles líquidos aumentarán un 10 %. Esto es un despropósito. Los combustibles tienen precios en Argentina mucho más altos que los que se pagan, por ejemplo, en los Estados Unidos. Yo estoy en Washington y acabo de cargar nafta súper a menos de 3 dólares el galón, lo que significa menos de 80 centavos de dólar por litro. A 17 pesos por litro en Argentina el precio es de 1,2 dólares, es decir, un 50 % más caro.
Mientras la electricidad, el gas natural y el transporte urbano siguen estando a precios muy por debajo de los internacionales, es un contrasentido que el gobierno, por su intervención en el mercado del crudo, permita que los precios de los combustibles sean un 50% más caro que en el exterior. Esto, para una economía con geografía extendida como la nuestra, es mortal.
Una buena política de intervención en el mercado de combustibles, mientras no lo dejen operar como un mercado libre sin restricciones para el comercio exterior como el que existía en los 90s, sería obligar a las empresas a mantener congelados los precios hasta que el precio del petróleo crudo en Argentina quede al mismo nivel que en el mercado internacional. Hoy está a 70 dólares el barril en nuestro país y a levemente por arriba de 40 en el exterior.
La incidencia en el costo de la vida de los combustibles es equivalente a las del gas, la electricidad y el transporte urbano. De manera que un congelamiento de los precios de los combustibles podría permitir que terminen de ajustarse gradualmente los precios de la electricidad, el gas y el transporte hasta terminar de eliminar los subsidios a las empresas prestadoras sin que el impacto sobre el índice de inflación sea mayor al que hoy producen los aumentos en los combustibles.

IMPULSAN UNA LEY ANTIDISCRIMINATORIA EN SANTA FE.

NOTIVIDAAño XVI, Nº 1006, 30 de abril de 2016

Presentaron un proyecto de “Ley de prevención y sanción de actos discriminatorios”, en línea con la iniciativa de la actual Secretaria General de la FALGBT María Rachid que fuera aprobado el año pasado en la Legislatura porteña, y con el proyecto que la organización junto a “Cambiemos Diversidad” impulsa ahora a nivel nacional. Santa Fe podría ser el segundo distrito del país que sancione la discriminación por “identidad de género” y “orientación sexual”.
Respondiendo a los planteos de la FALGBT, los socialistas Silvia Augsburger y Rubén Giustiniani que hoy conforman el bloque Igualdad y Participación de la Legislatura santafesina, presentaron un proyecto de ley antidiscriminatoria, que acompañaron: Mercedes Meier (Frente Social y Popular), Patricia Tepp (UCR), Leandro Busatto (FV-PJ) y Alicia Gutiérrez (SI–FPCS) presidente de la Comisión de DDHH. 
El proyecto establece una serie de mecanismos y acciones para sancionar la discriminación en todos los ámbitos particularmente en los sociales, culturales, educativos y deportivos. Contempla la inversión de la carga de la prueba, la presunción del daño moral y la inclusión de “pretextos discriminatorios” no contemplados en la legislación vigente, tales como “orientación sexual” e “identidad de género”.
Modifica el art. 76 del Código de Faltas de la provincia "Prevención y sanción de expresiones discriminatorias en espectáculos deportivos" y los requisitos de los donantes en la "Ley de sangre", prohibiendo indagar su orientación sexual. Recordemos que los especialistas dicen que “no existe el derecho a donar sangre” que, por el contrario, el derecho a la salud aneja el de recibir sangre segura.
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NOTIVIDA, Año XVI, Nº 1006, 30 de abril de 2016
Editores: Lic. Mónica del Río y Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja