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lunes, 24 de marzo de 2014

El país de Monsanto.

Posted: 23 Mar 2014 10:22 AM PDT
Marie Monique Robin: “Si existe un país en el que Monsanto haya podido hacer todo lo que le viniera en gana sin el menor obstáculo, ese es Argentina”.

Reconocida por sus investigaciones sobre el accionar de las multinacionales agrícolas, la periodista francesa Marie Monique Robin (1960) fue quien ha revelado los entretelones del agronegocio y denunciado a la corporación Monsanto, líder del mercado mundial de semillas transgénicas y agroquímicos, por ocultar y falsificar información relativa a los productos que comercializa. Robin es autora de numerosas investigaciones. Quizás, la más famosa de ellas sea “Le monde selon Monsanto” (El mundo según Monsanto), publicada en 2008 como libro y documental cinematográfico, traducida a dieciséis idiomas y difundida hasta en las regiones más recónditas de Africa. En ese trabajo, la periodista francesa dedicó un capítulo entero al caso de la Argentina, lo que la llevó a conocer diferentes provincias inundadas por el “oro verde” y constantemente fumigadas. La soja transgénica desembarcó en la Argentina en 1996. Fue el segundo país, después de los Estados Unidos, en autorizar su llegada, en un proceso plagado de irregularidades ya que se violaron procedimientos administrativos, se dejaron sin respuesta los cuestionamientos de instancias técnicas y no se realizaron los análisis especificados por distintos organismos. Ya durante la autorización se vio la mano de las multinacionales: el expediente administrativo estaba escrito en inglés y nunca se tradujo al castellano. Además, de sus ciento treinta y seis folios, ciento ocho pertenecían a informes presentados por Monsanto. “Si existe un país en el que la multinacional haya podido hacer todo lo que le viniera en gana sin el menor obstáculo, ese es Argentina”, sostuvo Marie Monique Robin en “El mundo según Monsanto”. Por entonces, dos medios periodísticos de circulación masiva fueron los principales impulsores mediáticos para conseguir el ingreso de la soja transgénica y el glifosato a la Argentina. En ellos se hablaba de la soja transgénica como “uno de los alimentos más completos” y propiciaban su “ingreso en nuestra cultura”. Tiempo después se conocieron los vínculos comerciales que existen entre esos diarios y Monsanto. Los casos de cáncer denunciados por investigadores independientes no tuvieron lugar en sus páginas y simultáneamente encararon una campaña para deslegitimar los estudios que advertían sobre los efectos del herbicida. Sucede que ambas empresas están asociadas en la organización de la feria anual Expoagro, donde se realizan jugosos negocios vinculados con el comercio de agroquímicos con la participación de las principales compañías del rubro. Hoy por hoy, y a pesar de los ingentes esfuerzos que hace el actual gobierno para diferenciarse del gobierno “neoliberal” de los años ’90, nada ha cambiado. Es más, el modelo se ha profundizado. Con la anuencia y venal complicidad del gobierno “nacional y popular”, Monsanto ha puesto en marcha proyectos tales como Max Solidario, Semillero de Futuro,Agricultura Certificada y Compromiso de Rendimiento Sustentable, programas de “responsabilidad social corporativa” mediante los cuales supuestamente promueve el desarrollo de “proyectos productivos que contribuyan a la sustentabilidad de comunidades rurales postergadas” a la vez que introdujo la tecnología RoundUp Ready -un herbicida a base de glifosato para el cultivo de maíz- y la tecnología BG/RR -para ser aplicada en el cultivo de algodón- entre otros. Marie Monique Robin también ha incursionado en otros temas igual de urticantes que también involucran a la Argentina. En ”Voleurs d’yeux” (Ladrones de ojos) trató el problema del tráfico de órganos; y en ”Escadrons de la mort. L’école française” (Escuadrones de la muerte. La escuela francesa) muestra los vínculos entre los servicios secretos franceses con sus homólogos de Argentina y Chile. Recientemente ha publicado una nueva investigación sobre la problemática de los transgénicos: “Notre poison quotidien” (El veneno nuestro de cada día), donde se ocupa de los químicos que contaminan la cadena alimentaria. Sobre esta nueva obra se explayó en la entrevista realizada por Manuel Alfieri para la edición el 4 de septiembre de 2012 del diario “Tiempo Argentino”.

¿Cuándo y cómo comenzó su interés por este tema?

Llevo más de veinticinco años trabajando como periodista, con un interés particular por la cuestión agrícola, porque mis padres son agricultores en Francia. Así fue que comencé a hacer un trabajo de investigación sobre la pérdida de biodiversidad en el mundo. Cuando fui a México me encontré con un escándalo tremendo: multinacionales que consiguen patentes de semillas. Dentro de esas empresas estaba Monsanto, que en aquella época ya tenía más de seiscientas patentes en plantas. Allí empecé a investigar a Monsanto y a ver el tema de las patentes, que para mí es central. La única razón por la que Monsanto hace transgénicos es porque hay patentes, y eso permite que pida regalías y tenga un monopolio del sistema. Controla toda la cadena alimentaria a través de este sistema, obligando a los agricultores a comprar cada año sus semillas.

En “El mundo según Monsanto” usted denunció el accionar de una de las empresas más poderosas del mundo. ¿Recibió presiones o amenazas?

Esa era mi preocupación. Pero pasó una cosa que para mí fue una protección tremenda: el increíble impacto del material publicado. Si no me pasó nada es porque todo está justificado con entrevistas y con documentos. Yo estaba en Canadá cuando salió el documental y una de las periodistas que me entrevistó me dijo que su mejor amiga era la directora de comunicación de Monsanto Canadá. “La empresa buscó en cada página cómo te podía hacer un juicio y no encontró nada”, me confesó. Por eso yo digo abiertamente que Monsanto es una empresa criminal.

¿Cuáles son los principales argumentos para sostener su denuncia?

Cuando una empresa sabe que un producto es muy tóxico, es decir, que va a contaminar el medio ambiente o va a enfermar a la gente, y de todas formas hace lo posible para mantenerlo en el mercado, entonces se trata de un comportamiento criminal. Por ejemplo, en el tema del Policloruro de bifenilo (PCB), prohibido en casi todo el mundo, Monsanto acumuló las pruebas y las escondió, sabiendo cuán altamente tóxicos eran los PCB. Por eso fueron condenados a pagar 700 millones de dólares de multa en los Estados Unidos. Fue por la tragedia de Anniston, en 2002, cuando la justicia comprobó que de tres mil quinientos demandantes de ese pueblo, el 15% presentaba niveles superiores a 20 ppm (partes por millón) de PCB en sangre, cuando lo aceptable es de 2 ppm.

Este tema forma parte también de su nuevo libro, “Nuestro veneno de cada día”.

Claro. Allí cuento la historia de campesinos que se reunieron para hacer una asociación de más de doscientos miembros. Muchos tienen enfermedades como Parkinson y cáncer. Son campesinos que manipulan tóxicos a diario. El presidente de esta asociación manipuló Lasso, un herbicida para el maíz de Monsanto, prohibido en la Unión Europea, y esto le provocó una intoxicación aguda. Cayó en coma y, después de recuperarse, se enfermó de Parkinson. La enfermedad se desarrolló muy rápidamente, el hombre sólo tiene cuarenta y ocho años. Fue a juicio y ganó. Monsanto fue reconocido como culpable de la enfermedad y se pudo demostrar que la empresa disimuló estudios y datos sobre el Lasso. Por eso hablo de comportamiento criminal: si no saben que tal tóxico contamina, está bien. Ahora, que lo sepan y lo oculten conscientemente es terrible.

¿Por qué los controles sobre este tipo de multinacionales resultan insuficientes?

Hay un problema central, que es el sistema de reglamentación de los productos tóxicos. Las empresas dicen que son productos probados y reglamentados. Todo eso es mentira: los estudios en que las instituciones gubernamentales se basan son hechos, entregados y pagados por las propias multinacionales. En general, los expertos de las agencias de reglamentación, que se supone que van a estudiar esos datos, tienen conflictos de intereses muy grandes, porque al mismo tiempo trabajan con multinacionales. Es lo que yo llamo “puertas giratorias”: funcionarios estatales que trabajan en organismos de control y luego lo hacen en las empresas, o al revés. Por otro lado, es un problema fundamental en la reglamentación de los agroquímicos la falta de transparencia y democracia. Los expertos se reúnen a puertas cerradas y ningún observador está autorizado a asistir a los debates. Los datos que van a estudiar son protegidos bajo el secreto comercial. Es una cosa increíble, porque es información toxicológica que tendría que ser pública porque afecta a millones de personas.

En ese contexto, ¿cree que puede existir la independencia científica para evaluar a los agroquímicos?

Es muy difícil. Los científicos tienen mucha presión y a veces pierden su empleo. Sé lo que pasó en la Argentina con el doctor Carrasco, los problemas que ha tenido a raíz de sus estudios sobre los terribles efectos en la salud humana del herbicida glifosato usado en los cultivos de soja transgénica o genéticamente modificada. Siempre es la misma historia. En mi último libro dedico tres capítulos a lo que se llama la “fábrica de la duda”. ¿Qué implica? Si, por ejemplo, un científico independiente publica un estudio enseñando la relación entre una exposición a un plaguicida y una enfermedad, la multinacional paga a un laboratorio que saca otro estudio diciendo lo contrario. Al final, llegan los dos estudios a la agencia de reglamentación y eso se demora años y años. Mientras tanto, el producto se sigue utilizando. Es algo perverso, criminal, porque hablamos de productos que en muchos casos dan cáncer.

Algunas empresas aseguran que los transgénicos son indispensables porque el crecimiento poblacional demanda mayor producción de alimentos.

Es mentira. Si en el mundo hay 1.000 millones de personas que sufren hambre es justamente a causa de este modelo que llevó a la concentración de la tierra, como se ve bien en la Argentina, donde miles de hectáreas están en manos de algunos grandes productores. Por otro lado, este sistema de producción de alto rendimiento es, en un 90%, para alimentar animales de países industriales y no para alimentar a la gente. Lo que vi en el mundo entero es que ahí donde existe este modelo de agricultura, hay pueblos acabados, porque saca del país a los pequeños campesinos, los despoja de la tierra. Con todo esto, están hambreando al mundo.

¿Y cuál considera que podría ser la alternativa?

Tenemos que volver a una agricultura familiar, sin dependencia del petróleo, con biodiversidad de cultivos, que dé la posibilidad a las familias de alimentarse primero y luego vender en los mercados locales. Sacar a la agricultura de los grandes mercados internacionales.

En esta coyuntura, ¿qué fue lo que más le impactó cuando visitó la Argentina?

Estuve en 2005 y recorrí Santiago del Estero, La Pampa, Formosa, entre otros lugares. En Santiago estaban desmontando de manera brutal, provocando inundaciones en Santa Fe. También vimos los problemas en la salud: fuimos a escuelas donde los chicos se habían enfermado porque fumigaban frente al establecimiento. Un desastre. Pero lo que más me sorprendió fue que nadie sabía nada. Nadie sabía qué era un transgénico. Nadie se había dado cuenta de que la sojización era un desastre planificado. Porque el día que no haya más mercado para la soja transgénica, ¿cómo recuperás el suelo?, ¿cómo recuperás a las familias de campesinos que fueron despojados de sus tierras? La soja lleva a la Argentina al hambre y a la dependencia total.

Muchos defensores del glifosato dicen que este agroquímico es tan dañino como “una aspirina”. ¿Qué les diría?

Que si dicen eso, hacen propaganda de Monsanto. Se sabe que el glifosato es un perturbador endócrino, ataca el sistema de reproducción de las mujeres y los hombres. Da cáncer, los científicos lo explican. Es un veneno muy poderoso. En Europa acaba de salir una queja contra Monsanto para revisar la autorización del glifosato RoundUp, porque se escondieron algunos productos muy tóxicos que están dentro del formulado y que nunca fueron informados ni publicados. Estoy segura de que dentro de algunos años el glifosato va a ser prohibido. ¿Pero después de cuántos muertos y de cuánta contaminación? Es una bomba sanitaria.

***

Comemos veneno: “El cáncer, la infertilidad y la diabetes son por la comida”

El aumento de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y el cáncer está directamente relacionado con los alimentos que comemos. Las hormonas sintéticas presentes en los fertilizantes y pesticidas que entran en contacto con la comida son muy peligrosas para la salud y no suelen detectarse en los análisis toxicológicos, por lo que se invalida el principio de que la ‘dosis hace el veneno’”. Con esta advertencia a modo de carta de presentación, la galardonada documentalista y periodista Marie-Monique Robin nos introduce en el mundo de la agroindustria, su campo de investigación desde hace más de una década, y sobre el que versa su último ensayo: Las cosechas del futuro. Cómo la agroecología puede alimentar al mundo (Península).

Una obra fruto del análisis comparativo de diversos sistemas de producción alimentaria que, en sintonía con otras anteriores como Nuestro veneno cotidiano y El mundo según Monsanto, cuestiona el mito de que la bajada del precio de los alimentos o de que el fin del hambre en el mundo solo son posibles mediante la producción industrial de alimentos. La principal novedad que aporta la autora gala con este último libro es que existe una alternativa demostrable, “más sobresaliente de lo que creía antes de iniciar la investigación”, y que se llama agroecología.

La transición de la agroindustria a la agroecología todavía es posible, explica Robin, pero aun existiendo la voluntad política necesaria para propiciar los cambios legislativos que la permitan, “llevará muchos años descontaminar las tierras y las aguas subterráneas hasta poder producir alimentos sanos”. Es por ello que urge, en primer lugar, limitar el uso de pesticidas y transgénicos. “España es el país más permisivo de la UE con el cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y la comercialización de otras sustancias tóxicas, como el bisfenol A que en otros lugares como Francia está prohibido”.

Una permisividad, alerta la autora gala, con unas consecuencias más que visibles: “Las parejas españolas son las que más problemas tienen de infertilidad en toda Europa, al afectar a una de cada cuatro”. Al mismo tiempo, los cánceres de cerebro y la leucemia están creciendo a un ritmo anual del uno al tres por ciento entre los niños, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ponen también de relieve el auge del origen fetal de las enfermedades en la edad adulta (presuntamente por el tipo de alimentación de la gestante). “La propia Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya se está dando cuenta de estas consecuencias y reconociendo las deficiencias del principio toxicológico de que ‘la dosis hace el veneno’ debido a las indetectables hormonas sintéticas, como demuestra la mayoría de literatura científica sobre esta cuestión”, apunta Robin.

El cenit del petróleo lo será también de la comida barata

Tradicionalmente se ha relacionado el bajo coste de los alimentos con los monocultivos, el uso de pesticidas y fertilizantes para reducir las plagas, así como otras técnicas modernas de producción a gran escala. Sin embargo, Robin afirma que “los precios de los alimentos que compramos en el supermercado son completamente falsos porque no incluyen los costes directos ni los indirectos”.

Los gastos derivados del tratamiento de las aguas contaminadas, del pago de las tasas por los gases de efecto invernadero, de las subvenciones (para el gasóleo, para exportar o directamente de la Política Agraria Común de la UE), así como de los sistemas públicos de salud, por el aumento de enfermos crónicos, son algunos de los costes asociados a la agroindustria que no se incluyen el precio de origen. “Si sumamos todos estos costes a los productos en origen, su precio subiría y serían más caros que los ecológicos”. Además, añade Robin, más de la mitad del precio está engordado por los intermediarios y finalistas.

Una realidad de la que no estamos muy lejos, según la autora gala, para quien antes o después tendrá que dispararse el precio de la comida, ya sea por el fin de las subvenciones (como se prevé con la PAC), por la creciente especulación bursátil con las materias primas en los mercados de futuro, o por el no menos inminente encarecimiento de los combustibles fósiles como el petróleo y el gas, debido a su cenit.

Los productos químicos utilizados en la agroindustria se elaboran a partir de petróleo y gas, por lo que un aumento en el precio de estos recursos, junto a la escasez de agua, pondría a la agroindustria en la encrucijada. “Esta es la gran debilidad de las industrias alimentarias. Se sustentan sobre un modelo que depende de los combustibles fósiles, y está claro que el precio de éstos será cada vez mayor, por lo que el de los alimentos será parejo. No tiene sentido que la alimentación en el mundo dependa de la producción de petróleo en una región tan convulsa como es Oriente Medio”, lamenta Robin.

Alimentos saludables en un mundo sostenible

Las perniciosas consecuencias para la salud y el medio ambiente de la agricultura industrial, así como la crónica de una muerte anunciada que Robin comenzó a describir antes incluso de que se produjesen las primeras crisis alimentarias en Latinoamérica (relacionadas con los biocarburantes) han llevado a la francesa a recorrerse el mundo en busca de alternativas ecológicas. Después de estudiar diferentes técnicas agroecológicas pudo comprobar que su rendimiento puede ser mayor que con técnicas propias de la agroindustria.

“Muchas veces, cuando hablamos de agroecología pensamos que se trata de volver a las técnicas empleadas por nuestros abuelos. No es así, se trata de prácticas mucho más complejas que dependerán de la zona geográfica donde se desarrollen, del tipo de cultivo o del tipo de tierra”, explica la autora. Sin embargo, Robin sí pudo comprobar que todos ellos coincidían en un principio básico: la complementariedad. “Se trata de un principio común mediante el que se busca complementar la biodiversidad del medio, mediante rotación de cultivos o interfiriendo en los ciclos biológicos de los insectos, para prevenir plagas y aumentar la producción”.

La demanda de productos ecológicos por parte de los consumidores ha aumentado proporcionalmente al deterioro de la cadena alimentaria, “pero la oferta todavía no llega para abastecerlos a todos”, apunta Robin. Para hacerla extensiva a todo el mundo no llega con la concienciación del consumidor, que al fin y al cabo es el que más poder detenta con sus decisiones de compra, sino que se necesitan medidas políticas concretas.

Entre las propuestas más urgentes para facilitar el cambio, la periodista cita “laprohibición de la especulación con alimentos, el fomento de la soberanía alimentaria mediante una férrea protección de los mercados y agricultores locales, y el acortamiento de las cadenas de distribución buscando conexiones directas entre consumidores y productores”. Solo mediante la eliminación de los intermediarios y finalistas, explica la francesa, el precio de los alimentos orgánicos se reduciría hasta en un 90%”.

Las bases para posibilitar un cambio de modelo están puestas “desde hace muchos años”, pero de no iniciarse una pronta transición, advierte Robin, “no podremos anticiparnos a las crisis alimentarias que resurgirán en cualquier momento”.

BWN Argentina

domingo, 29 de diciembre de 2013

Human Right Watch, organización internacional que vela por los derechos humanos, manifestó su “preocupación” por el ascenso de Milani como teniente general del ejército, considerando que las denuncias “creíbles” de violaciones de DD. HH. sobre su persona “permiten dudar seriamente de su idoneidad”.

Foto: Archivo
Foto: Archivo 

“En vez de ascender a Milani en estas circunstancias, el gobierno debería realizar investigaciones exhaustivas e imparciales sobre estos presuntos delitos y actuar para que los responsables rindan cuentas ante la justicia”, aseguró el organismo internacional.
Y el comunicado de la organización agrega “según surge de documentos judiciales, Milani habría elaborado un informe sobre la deserción de un soldado en la provincia de Tucumán en 1976. Este soldado posteriormente fue víctima de desaparición forzada. El informe de la comisión también incluye el testimonio de un hombre que acusó a Milani de participar en un allanamiento en su vivienda en la provincia de La Rioja durante el cual se detuvo a su padre, que luego fue torturado”.
“Milani indicó al Centro de Estudios Legales y Sociales, una organización de derechos humanos local, que no tenía conocimiento de que funcionara un centro de detención clandestino en la unidad militar donde trabajaba en ese entonces, si bien varias sentencias judiciales confirmaron la existencia de este centro de detención”, concluye HRW.
También, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que habitualmente alineado con el Gobierno, impugnó el pliego de ascenso del jefe del Ejército por su presunta vinculación en delitos contra los derechos humanos durante la última dictadura militar.

martes, 23 de abril de 2013

El senador Aníbal Fernández aseguró que la investigación de Jorge Lanata sobre lavado de dinero y que involucra a Lázaro Báez, es “una estupidez”.



“Para mí es una estupidez, habrá mucha gente que lo cree, yo pienso que es una estupidez”, dijo Aníbal Fernández en diálogo con Baires Directo, en Telefe. “No es la primera vez que el Grupo Clarín miente, para mi es una estupidez, no tiene ningún sentido”, añadió.
 ”Hay cuatro denuncias que no van a ir a ningún lado, porque no tiene ningún asidero”.
“Estas cosas hay que resolverlas por el único camino que tiene: la justicia tiene que investigar. La AFIP dijo que se presentó como querellante, me parece bien”, sostuvo Fernández.
“Que se hagan las investigaciones respecto a las denuncias hechas, si va a apareciendo algo le reconoceré que lo haya. Si no lo hay, me quedaré en mis puntos que son los que yo siento, de acuerdo a lo que he visto, que es muy poquito porque tampoco le presto mucha atención”, aseveró el senador.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Entre Rios contra el fracking.

ENTRE RÍOS


"Parar la locura del Fracking"
(AW) La asamblea regional a favor de la vida y contra el fracking que congregó a ciudadanos entrerrianos de Colonia Alemana, Colón, San José, San Jaime de la Frontera, Federación, Concepción del Uruguay, Chajarí, Concordia, Villa del Rosario, Paraná y de Monte Caseros (Prov. de Corrientes), expresó mediante una declaración su oposición a implementar la técnica "Fracking" en la región. Países como Francia, Bulgaria, Rumania, varios estados de los EEUU, Irlanda, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Nueva Gales del Sur en Australia, Quebec en Canadá, lo han prohibido ante los innumerables ejemplos y las categóricas investigaciones que confirman los daños que el fracking acarrea. 

fracking



DECLARACIÓN DE ASAMBLEA REGIONAL
A FAVOR DE LA VIDA Y CONTRA EL "FRACKING"

A 200 años de las "Instrucciones del año 1813" para los Pueblos Libres


Chajarí, 31 de enero de 2013

Ciudadanos entrerrianos de Colonia Alemana, Colón, San José, San Jaime de la Frontera, Federación, Concepción del Uruguay, Chajarí, Concordia, Villa del Rosario, Paraná y de Monte Caseros (Prov. de Corrientes), preocupados ante el plan gubernamental de implementar la técnica "Fracking" en nuestra región atravesando y utilizando las aguas de nuestro Acuífero Guaraní, nos hemos reunido en asamblea con el propósito de intercambiar información y coordinar actividades en conjunto con miras a concientizarnos, advertir a toda la comunidad y a los funcionarios responsables, acerca de la realidad de este método experimental no convencional y sus consecuencias letales para la humanidad y el medio en que vivimos.

Con documentación a la vista de carácter técnico y político, aportes de especialistas, videos de injerencia nacional e internacional y testimonios, hemos comprobado una vez más que el "Fracking" es una técnica de extracción de hidrocarburos sumamente contaminante, aunque las empresas involucradas y el mismo gobierno provincial trate de disimularlo no informando o distorsionando la información al minimizar las consecuencias en aras de un supuesto "progreso" que finalmente, a mediano y largo plazo, destruye todos los elementos de la naturaleza y mata. Hemos constatado que el "Fracking" es una forma de extracción con graves, irreversibles y acumulables consecuencias sobre el agua, el suelo, el subsuelo, el aire, la biodiversidad.... Es decir, sobre la vida. Nos llama la atención que no se tenga en cuenta que varios países del 'primer mundo' y algunos Estados de USA lo han prohibido en su territorio -como Francia, Bulgaria, Rumania, varios estados de los EEUU, Irlanda, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Nueva Gales del Sur en Australia, Quebec en Canadá, entre otros casos- ante los innumerables ejemplos y las categóricas investigaciones que confirman los daños que acarrea.

La localidad argentina de Cinco Saltos (Prov. de Río Negro) fue la primera en Latinoamérica en prohibir por unanimidad la utilización del Fracking en su territorio, constituyéndose así en un excelente ejemplo a seguir para todos nosotros. Es así que hasta la fecha hemos cursado notas a los HCD de C. del Uruguay, Concordia, San José, Colón, Federación y Chajarí pidiendo que se prohíba la hidrofractura en el ámbito territorial de las localidades y su Ejido.
El gobierno de Entre Ríos e YPF anunciaron en 2012 que realizarían "exploraciones" en nuestro territorio durante este año con el propósito de extraer gas de esquisto. Luego de ese anuncio, la ciudadanía no fue debidamente informada de parte de las autoridades sobre las implicancias de este preocupante emprendimiento de manera que pueda decidir a conciencia si le otorgará la necesaria LICENCIA SOCIAL. Como tampoco fue consultada ni convocada como parte para conformar los equipos requeridos por la Constitución para realizar los estudios previos de impacto ambiental que sorprendentemente nadie menciona cuando estamos frente a una técnica que en el mejor de los casos puede denominarse como sumamente riesgosa y EXPERIMENTAL. Así mismo constatamos que no se aplica el Principio Precautorio constitucional. Sin embargo se ha seguido adelante a toda marcha despreciando a la gente que no será favorecida porque esta energía extra no está destinada a satisfacer sus necesidades sino para hacer posibles mega-emprendimientos extractivistas y dilapidadores de todos nuestros bienes comunes naturales.

Los aquí reunidos hemos coincidido unánimemente

 Continuar con la presentación de notas en los Honorables Concejos Deliberantes y Juntas de Gobierno solicitando declaren a los respectivos ejidos municipales y comunales "Libre de Fracking". Al momento fueron presentadas en Concepción del Uruguay, Colón, Concordia, Federación, Chajarí, Colonia Alemana, Villa del Rosario, San Jaime de la Frontera y los Conquistadores.

 Solicitar a los HCD y Ejecutivos municipales emitan una Resolución al respecto para que, como es su deber, preserven la vida de los ciudadanos y del ambiente en que vivimos.

 La Asamblea se auto-convoca nuevamente en la ciudad de Concordia para el corriente mes de febrero con día a confirmar.

 Invitar a todos los ciudadanos de nuestra Región, a informarse y movilizarse para exigir a los representantes de nuestras comunidades (Presidentes Municipales y de Juntas de Gobierno, Concejales y legisladores provinciales y nacionales, funcionarios locales y del gabinete provincial y a nuestras máximas autoridades) que declaren Libre de "FRACKING" al territorio entrerriano y regional.

Nos definimos como colectivo de lucha en defensa de la vida, por una auténtica soberanía que tenga en cuenta ante todo el bienestar de la comunidad, la preservación del ambiente en que vivimos y para que los gobiernos Nacional y provinciales, no importa de qué tiempo y extracción política, pongan freno a la avalancha extractivista internacional con relación a los recursos de nuestra madre tierra.

Foro Ambiental Waj Mapu Dpto Federación; Asamblea Ciudadana Ambiental de Concepción del Uruguay; Asamblea Ciudadana de Concordia; Organización Coordinadora por los Derechos y la Justicia de Monte Caseros, Corrientes; Asamblea Popular Ambiental Colón Ruta 135; Asamblea Ambiental de San José; Centro de Comercio de Federación; Centro Actividades Económicas de Chajarí (CAECh); Movimiento provincial Libre de "Fracking", Paraná, y ciudadanos de San Jaime de la Frontera, Colonia Alemana, Villa del Rosario y Chajarí.